Alexiévich cuenta los distintos roles que desempeñaron las mujeres en la guerra: tripulantes de blindados, francotiradoras, sanitarias, puestos en unidades de transmisiones, pilotos y artilleras. Estas valientes mujeres hubieron de enfrentarse a una guerra despiadada entre el Tercer Reich y la Unión Soviética.

La obra narra los horrores a los que se enfrentaron, el especial salvajismo que en algunos casos sufrieron las mujeres que vestían el uniforme soviético, así como también profundiza en la psicología femenina. He de reconocer que se me ha encogido el alma al leer los sufrimientos físicos y mentales que padecieron estas mujeres. Muchas envejecieron rápidamente a causa del estrés del combate, pues no tardaron en brotar canas en sus cabellos y otras dejaron de tener la menstruación. Entre estas mujeres eran multitud las que declaraban sentirse hastiadas de una vida de hombres. Al igual que al resto de soldados, el día a día en el frente causaba mella entre estas jóvenes.

En muchas ocasiones fueron despreciadas por sus compañeros masculinos, sin embargo, las francotiradoras se desempeñaron con un sigilo y efectividad superior al de los tiradores hombres. Los oficiales soviéticos más reticientes a la participación femenina recibieron una cura de humildad cuando comprobaron la destreza de las mujeres en el combate.

Por otra parte, los testimonios recogidos por la autora, muestran con nítidas descripciones los horrores de la guerra y los sentimientos de mujeres que se embarcaron en una aterradora experiencia que las marcó para el resto de sus vidas.