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El ataque a las presas del Ruhr: la Operación Chastise

La región del Ruhr, tradicionalmente ha sido una zona minera e industrial, por lo que, en la Segunda Guerra Mundial, dada su importancia, atrajo la atención de los aliados. La destrucción de las presas podía provocar graves inundaciones, así como dejar sin suministro eléctrico a una región clave de Alemania.

Sin embargo, las bombas de la época no eran suficiente para destruir las presas, ni tampoco los torpedos, pues los alemanes habían instalado redes en el agua para detenerlos.


Pese a las dificultades, los británicos no se vinieron abajo. Por ello, sus cerebros se pusieron manos a la obra y se puso al joven pero experimentado comandante Guy Gibson al frente del Escuadrón X o Escuadrón 617 de la Royal Air Force. Otro hombre resultaría clave en el ataque aéreo a las presas. Se trataba de Barnes Wallis, quien prestaba servicio para la compañía Vickers Armstrong.


El desafío para destruir las presas alemanas era considerable, dado que se requería una bomba que rebotase en el agua, esquivase las redes para torpedos y estallase en el momento apropiado. Tras efectuar pruebas contra una presa británica no utilizada, se demostró que la bomba diseñada por Wallis, podía resultar un artefacto efectivo, siendo capaz de rebotar hasta siete veces y albergando en su interior hasta 3,3 toneladas de explosivo Torpex. Posteriormente, y para facilitar el trabajo de los bombarderos, la bomba fue modificada, adoptando una forma cilíndrica.

Una bomba de rebote "Upkeep" como las utilizadas en la Operación Chastise.


Debido a que la bomba debía lanzarse a unos 18 metros de altura, la misión entrañaba graves riesgos, por lo que el escuadrón de Gibson se puso a practicar una y otra vez. No obstante, tener que lanzar una bomba a tan escasa altura planteaba importantes problemas para los bombarderos Lancaster de la RAF, pues sus altímetros no resultaban eficaces a baja altura. Una vez más, Wallis encontró la solución. Se trataba de un par de reflectores instalados en los Lancaster que, al estar a unos dieciocho metros de altitud, sus focos de luz convergían.


Con todo dispuesto, tras varias modificaciones, se eligió como fecha para la Operación Chastise el 16 de mayo de 1943. Así, el primer grupo, integrado por 9 Lancasters, debía bombardear la presa de Mönhe y, a continuación, volar hasta Eder. Una segunda unidad de cinco aviones destruiría la presa del Sörpe y el tercer y último grupo atacaría las represas de Ennepe, Henne y Lister.


En la noche del 16 de mayo de 1943, diecinueve bombarderos Lancaster despegaron desde tierras británicas, surcando la oscuridad de la noche hasta internarse en el espacio aéreo alemán.

Un bombardero Lancaster británico equipado con una bomba "Upkeep".


El grupo de Gibson, a pesar de los reflectores enemigos y del fuego de la artillería antiaérea, logró descender y arrojar las bombas. A pesar de ser acosados salvajemente por el fuego enemigo, una de sus bombas logró impactar contra el muro de la presa de Monhe y abrir una brecha. Con el agua brotando profusamente a través de la grieta, los aviones de Gibson pusieron rumbo a la presa de Eder. A pesar de la dificultad que entrañaba un objetivo como Eder, tras reiterados intentos, los Lancaster consiguieron abrir una grieta en la presa de Eder.


Las cosas no marchaban tan bien para el segundo grupo, que debía atacar la presa de Sörpe. Los bombarderos del grupo del comandante Joe McCarthy fueron presa del fuego artillero, llegando a lanzar las bombas tan solo el avión de McCarthy. Sin embargo, las bombas lanzadas por McCarthy y sus hombres, no causaron grandes daños en la presa de Sörpe.


Los bombarderos Lancaster del tercer grupo fueron enviados también a la presa de Sörpe, pero los resultados fueron igualmente frustrantes. La presa seguía en pie.


Tras atacar sus objetivos, un total de 11 bombarderos pusieron rumbo a Inglaterra. La operación se había cobrado las vidas de cincuenta y tres hombres y había supuesto la pérdida de ocho aviones. En la madrugada del 17 de mayo, entre las 03:00 y las 04:30 horas los supervivientes de la Operación Chastise aterrizaron en Inglaterra.


El bombardeo y la destrucción de las presas habían provocado importantes inundaciones que se llevaron por delante varios pueblos y más de cien instalaciones dedicadas a la producción de armamento, al tiempo que la producción de acero quedaba interrumpida. Aproximadamente 1.500 civiles perdieron la vida como consecuencia de los ataques a las presas.

Los bombardeos en la presa de Eder lograron abrir una importante brecha.


Para reparar los daños, Speer, en calidad de ministro de Armamentos del Reich, ordenó enviar a miles de trabajadores forzados de la Organización Todt, que tuvieron que ser desplazados desde las obras que se estaban llevando a cabo para fortificar las costas de Europa occidental. No obstante, unos pocos meses después, las fábricas volvían a estar operativas.


Podía decirse que los británicos habían alcanzado un éxito moderado. Pese a todo, debido a la audacia del ataque, numerosos aviadores fueron condecorados y el comandante Guy Gibson recibió la Cruz Victoria. Sin embargo, Gibson terminaría perdiendo la vida un aciago 19 de septiembre de 1944.


En cuanto al Escuadrón 617, pasó a ser conocido como los “Dambusters” o “revienta presas”, mientras que la unidad adoptó el lema: después de mí, el diluvio.



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