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La Primera Guerra Mundial en el África Oriental Alemana

Entre agosto y septiembre de 1914, las fuerzas británicas tuvieron que permanecer a la defensiva, conteniendo los ataques alemanes. Tiempo después, el 25 de febrero de 1915, los británicos iniciaron un bloqueo naval contra los alemanes.

Si bien es cierto que los alemanes en África oriental estaban bloqueados por la marina de guerra británica, estaban bien comunicados tierra adentro y contaban con un talentoso comandante, el coronel Paul Von Lettow-Vorbeck. Sus tácticas de guerrilla resultaron muy efectivas y también disponía de una gran capacidad de adaptación e improvisación.

Los británicos intentaron conquistar el puerto de Tanga como primer paso en la invasión de Tanzania, pero el desembarco resultó desastroso. El 3 de noviembre de 1914, 8.000 soldados indios dirigidos por el general de división Aitken desembarcaron en Tanga. Tras enfrentarse a los askaris al servicio de los alemanes, los soldados indios, inexpertos, pusieron pies en polvorosa.


En su desesperada huida fueron atacados por las temibles abejas africanas. Rechazados por los defensores, los hombres del general Aitken reembarcaron el 6 de noviembre de 1914, regresando vapuleados a la ciudad india de Bombay. En su retirada, el contingente de Aitken había abandonado grandes cantidades de armas y municiones que Von Lettow-Vorbeck sabría aprovechar para mantener una prolongada guerra en el África oriental alemana.


Pero la victoria alemana en Tanga no había significado el final de los problemas de Von Lettow-Vorbeck. Nuevas amenazas estaban por llegar.

Von Lettow-Vorbeck, el hombre que mantuvo en jaque a los aliados durante varios años en el África Oriental Alemana.


El gran rival de Von Lettow-Vorbeck arribó a Mombasa a principios de 1916. Se trataba del general Jan Smuts, cuya misión era invadir el África Oriental alemana. Para tal propósito contaba con un ejército de 45.000 soldados por los 10.000 hombres que podía oponer Von Lettow-Vorbeck.


El plan de Smuts implicaba invadir las colonias alemanas desde el norte, mientras una segunda fuerza de franceses y belgas marchaban hacia el este pasando por los lagos Victoria, Kivu, Tanganica y Niasa. De este modo, Smuts pretendía acorralar a las fuerzas de Vont Lettow-Vorbeck.

Jan Smuts, el rival de Von Lettow-Vorbeck en África.


Las tropas de Smuts se enfrentaban a una complicada misión. En su camino hacia las posiciones de Von Lettow-Vorbeck no les quedó más remedio que pasar por terrenos áridos, cruzar grandes concentraciones de matorrales y vadear varios ríos.


La 1ª y la 2ª División del ejército de Smuts se lanzaron a la ofensiva el 5 y el 8 de marzo respectivamente. Cuando la 1ª Brigada de Sudáfrica del general Van Deventer alcanzó Old Moshi, ubicada al sudoeste del monte Kilimanjaro, las fuerzas de Von Lettow-Vorbeck habían sido flanqueadas.


A Von Lettow-Vorbeck, con su ejército al borde de la aniquilación, no le quedó más remedio que proceder a la retirada a través del río Ruvu. Van Deventer continúo acosando a Von Lettow-Vorbeck, habiendo conquistado Lolkisale y Ufiame el 13 de abril.


Las fuertes lluvias dejaron el terreno embarrado, los puentes no se podían cruzar, los ríos se habían desbordado, cañones y caballos embarrancaban en el barro y muchos animales de carga murieron como consecuencia de las picaduras de la mosca tsetsé.


A pesar de los contratiempos, los hombres de Van Deventer conquistaron Kondoa Irangi. Incluso el 7 de mayo, Von Lettow-Vorbeck puso en marcha una contraofensiva que terminó por fracasar.


Por fin, con mayo de 1916 tocando a su fin, la 1ª y 3ª División avanzaron en paralelo al río Pangani, mientras que, desde el oeste, tropas británicas y belgas atacaban partiendo desde el lago Victoria y desde el lago Kivu. La persecuciñon continuó y el 19 de junio, los hombres de Smuts tomaron Handeni.


Las localidades portuarias iban cayendo una detrás de otra, cada vez era mayor el acoso a las tropas alemanas. Tanga fue conquistado el 7 de julio y la estratégica Dar-es-Salaam cayó el 3 de septiembre de 1916.


Tierra adentro, Van Deventer seguía haciendo progresos, hasta alcanzar el 8 de agosto Morogoro. A pesar de las conquistas, Von Lettow-Vorbeck, con sus limitados recursos, se mostraba como un comandante hábil y escurridizo, siempre logrando escapar del cerco enemigo, manteniendo tras él a fuerzas muy superiores en número y armamento.


Era difícil dar con el ejército de Von Lettow-Vorbeck, que, evadiéndose, evitaba librar la batalla final con Smuts. Sin embargo, al sagaz comandante alemán ya no le quedaban posiciones elevadas en las que resguardarse. Su única opción pasaba por ocultarse en los insalubres pantanos, donde era más fácil sucumbir a la fiebre. Y es que, las fuerzas de Von Lettow-Vorbeck habían terminado quedando confinadas en el sudeste de Tanzania.


La situación continuó deteriorándose y en mayo de 1917, las tropas alemanas quedaron fraccionadas en dos cuerpos. Uno, comandado por Von Lettow-Vorbeck, emplazado en el valle del río Matandu y el segundo, dirigido por el capitán Tafel, en el interior, en Mahenge. Sin embargo, con la fuerza de Tafel mutilada, apartada de los hombres de Von Lettow-Vorbeck, no le quedó más remedio que rendirse el 28 de noviembre.

Artilleros aliados durante la campaña en el África Oriental Alemana.


Von Lettow-Vorbeck, continuando con sus esfuerzos para zafarse de la persecución británica, se internó en las colonias portuguesas de Mozambique para llevar a cabo acciones de guerrilla hasta el final de la Primera Guerra Mundial.


Pese a que el ejército de Von Lettow-Vorbeck era de reducido tamaño y había tenido que afrontar numerosas retiradas, su mérito radica en que durante varios años mantuvieron tras ellos a fuerzas muy superiores en número y equipamiento.


Para los alemanes, Paul Von Lettow-Vorbeck se había convertido en un héroe nacional. Von Lettow-Vorbeck, el guerrero invicto, fue ascendido a general y fue galardonado con la Pour le Merite, la más importante condecoración prusiana. Durante la efímera República de Weimar fue diputado, y aunque los nazis trataron de aprovecharse de su figura, se toparon con su rechazo. Y es que, Von Lettow-Vorbeck sentía un profundo desprecio por Hitler y por el nacionalsocialismo.


En cuanto a las consecuencias políticas, Alemania perdió todas sus colonias en África. Así, Sudáfrica, Francia, Gran Bretaña, Portugal y Bélgica, se repartieron las posesiones alemanas en el África oriental.

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