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Un plan para matar a Stalin

En la Segunda Guerra Mundial, en el frente oriental, la lucha resultó especialmente encarnizada. El Tercer Reich y la Unión Soviética eran regímenes antagónicos y, más allá de los titánicos combates entre rusos y alemanes, existía una fuerte rivalidad personificada en las figuras de Hitler y Stalin. De ahí que los alemanes trazasen planes para acabar con la vida de Iósif Stalin.

Todo comenzó la noche del 30 al 31 de mayo de 1942, cuando el teniente ruso Piotr Ivanovich Shilo fue capturado por los alemanes mientras exploraba las defensas germanas. Shilo decidió que era el momento de pasarse al bando alemán. Así, Shilo afirmó que, como hijo de un oficial zarista, habían sufrido la represión durante la revolución rusa, siendo asesinado su padre y perdiendo sus tierras. Por ello, la invasión alemana de la Unión Soviética le brindaba una oportunidad perfecta para vengarse del régimen comunista.


Los alemanes confirmaron la versión de Shilo y éste, comenzó sirviendo a sus órdenes, dando información sobre las defensas soviéticas y más tarde delatando a sus compatriotas rusos en los campos de prisioneros. Las habilidades de Shilo para delatar a prisioneros soviéticos que tramaban planes de fuga o de resistencia no pasaron desapercibidas entre los jerarcas nazis. De este modo, el SS Walther Schellenberg, como Jefe de la Sección VI de Seguridad del Reich, que desarrollaba labores de contraespionaje, decidió aprovechar el talento de Shilo. Por tanto, el Oberstumbannführer de las SS Georg Greife, que era el mejor instructor de Schellenberg, se encargó de la formación de Shilo.

Shilo junto a su oficial superior alemán.


Shilo superó exitosamente el proceso de instrucción y fue requerido para una misión especial. Greife le comunicó que estaba ante una misión voluntaria que consistía en llevar a cabo un ataque terrorista en Moscú. A pesar de la palabra voluntaria, Shilo sabía que no tenía elección y que todo lo que le quedaba era aceptar la misión que pretendían encomendarle. Lo que no se le había dicho a Shilo es que había sido elegido para matar a Stalin.

Iósif Stalin.


Enviado a Berlín, Shilo fue entrenado para su nueva misión, adquriendo la identidad del comandante Piotr Ivanovich Tavrin, coartada que le serviría para llegar hasta Stalin. Como parte de aquella farsa, el personaje de Tavrin contaba con condecoraciones como la Estrella Roja, la orden de Lenin, dos medallas de la bandera Roja y además gozaba de la distinción de “Héroe de la Unión Soviética”.


En 1943, con la misión demorándose, Shilo finalmente viajó hasta la ciudad rusa de Pskov, donde el Sturmbanfuhrer de las SS Otto Kraus le puso al corriente de su cometido. Mientras tanto, entabló una relación afectiva con una rusa llamada Lidia Yakolevna. Shilo consiguió persuadirla para tomar parte en su misión y los alemanes decidieron aceptar su participación en la operación. Finalmente, Shilo y Lidia terminarían casándose en Berlín.


El propio Otto Skorzeny, el soldado favorito de Hitler para sus operaciones especiales, comprobó las habilidades de Shilo y quedó más que satisfecho. Sin embargo, la situación militar alemana en el frente oriental se deterioraba y la operación para matar a Stalin continuaba postergándose.


Con la formación de Shilo prosiguiendo, se le practicaron cicatrices de guerra en el muslo izquierdo y en el vientre, todo ello con el objetivo de conferir más credibilidad a su tapadera.

Shilo junto a su esposa Lidia.


Después de que Hitler sufriese un intento de atentado el 20 de julio de 1944, la misión para matar a Stalin, denominada como Operación Zeppelin, recibió el visto bueno. El 4 de septiembre de 1944, con la operación en marcha, Shilo recibió toda la información relativa a su misión y junto a su mujer, subieron a bordo de un avión Arado AR 232.


Shilo llevaba encima un sinfín de documentos falsos, recortes de periódicos que daban credibilidad a su mascarada de héroe de guerra ruso, una pistola con proyectiles envenenados, una diminuta mina que podía hacerse explotar mediante señales de radio y un pequeño lanzagranadas oculto en la manga de la chaqueta de su uniforme soviético.


Tras recibir fuego antiaéreo y sobrevivir a un estrepitoso aterrizaje, Shilo extrajo una motocicleta del interior del avión y él y su esposa abandonaron la zona del aterrizaje, avanzando rumbo a Moscú. Por otro lado, la tripulación del avión, no podía volver a utilizar el Arado AR 232, por lo que no les quedaba otro remedio que intentar ganar las líneas alemanas a pie. Casi todos ellos, sin saber hablar ruso y ataviados con el uniforme germano, terminarían siendo hechos prisioneros.


Inicialmente, el terreno resultó complicado para el trayecto en motocicleta, topándose con trincheras y fosos excavados en la tierra, pero Lidia consiguió contactar con Riga e informar de que habían logrado infiltrarse en territorio enemigo. Por el camino se toparon con tropas soviéticas, saliendo airosos de los controles gracias a la tapadera de héroe de la Unión Soviética que ostentaba Shilo.


Tratando de pasar desapercibidos, Shilo optó por viajar a través de carreteras secundarias. A través de aquellas vías enfangadas terminaron por encontrarse con un guardia forestal armado con una escopeta. El guardia les dijo que estaban buscando a unos espías, pues habían encontrado un avión alemán estrellado. Shilo decidió ofrecer tabaco al guardia y aprovechó el descuido para noquear al guardia. Después cargó el cuerpo en el sidecar, lo llevó hasta un pequeño bosque, mató al guardia y ocultó el cadáver.


El tiempo apremiaba y era imperativo que alcanzasen la capital rusa. Solo llegando a la casa de la que disponían en Moscú, podrían ocultarse. Por ello, Shilo se dirigió hacia la carretera principal.


En su camino a Moscú tuvieron que detenerse de nuevo en un control militar. El guardia les pidió la documentación. Mientras el soldado comprobaba los documentos, Shilo dijo que estaban exhaustos, dado que habían viajado durante toda la noche. Pero aquella noche había llovido y ni Shilo ni su esposa estaban empapados. Aquello despertó las sospechas del soldado ruso, que dijo a Shilo que bajase de la motocicleta y fue conducido hasta un oficial para ser interrogado.


Shilo optó por mostrarse como el típico oficial iracundo. El oficial soviético que interrogó a Shilo se percató de un desliz que resultó fatal para el agente. Su Estrella de Héroe de la Unión Soviética no había sido colocada en el uniforme según lo que indicaba el reglamento.


Las tropas soviéticas registraron la motocicleta y en el sidecar hallaron numerosas pruebas que delataban a Shilo y a su esposa. A pesar del propósito de su misión, Shilo fue interrogado por el NKVD y no fue ejecutado, sino que permaneció encarcelado.


Posteriormente, los soviéticos decidieron perdonar la traición de Shilo y utilizar al agente en su beneficio. Sin embargo, en 1952 tanto Shilo como su mujer terminaron siendo ejecutados tras reabrirse su proceso por intentar asesinar a Stalin.

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