Sin embargo, hubo que esperar hasta el 1 de febrero de 1944, cuando se creó oficialmente la 1ª División de Marines bajo el mando del general Holland M. Smith.
El 7 de diciembre de 1941, Japón atacó a las fuerzas de los Estados Unidos en Pearl Harbor. El país entraba en guerra y era imperativo movilizar toda su capacidad militar. Por aquel entonces, la 1ª División de Marines solo contaba con 9.000 hombres. Cuando la división alcanzó su capacidad total llegó a disponer de unos 20.000 marines.
Las derrotas aliadas se sucedieron en Asia y el Pacífico. Era el momento de responder a las fuerzas del Imperio de Japón y la 1ª División de Marines fue enviada a Nueva Zelanda en junio de 1942. Una amenaza pendía sobre Australia, pues los japoneses estaban construyendo aeródromos en la isla de Guadalcanal. Era el momento de frenar el avance japonés y la 1ª División de Marines iba a jugar un papel clave.
El 7 de agosto de 1942, la división, dirigida por el general de división Alexander Vandergrift, tenía su bautismo de fuego y desembarcaba en Guadalcanal. Pese a que no encontraron oposición en las playas y tomaron el aeródromo, la flota de apoyo sufrió graves pérdidas y tuvo que retirarse, dejando a los marines a su suerte.
La 1ª División de Marines desembarca en Guadalcanal.
Los hombres de la 1ª División de Marines quedaron rodeados, defendiendo un pequeño perímetro defensivo. Los marines resistieron todas las acometidas japonesas pese a estar escasos de municiones y suministros. El día a día fue extenuante para los infantes de marina, sufriendo las picaduras de los insectos, infecciones cutáneas, los constantes bombardeos y padeciendo la malaria y los rigores de un agobiante clima tropical. Fue entonces cuando los hombres de la 1ª División de Marines se ganaron el sobrenombre “The Old Breed”.
Retirada de Guadalcanal en febrero de 1943, la división fue enviada a Australia para descansar y reponer pérdidas. Allí, fueron recibidos de manera entusiasta por el pueblo australiano, pues sabían que les habían ayudado a librarse de la amenaza japonesa.
El 26 de diciembre de 1943, esta vez bajo el mando del general Rupertus, los marines de la 1ª División desembarcaron en Cabo Gloucester, Nueva Bretaña. Su misión era brindar respaldo a los hombres que combatían en Nueva Guinea y aislar la importante base japonesa de Rabaul.
La campaña de Nueva Bretaña se libró en medio de unas condiciones meteorológicas terribles. Las lluvias fueron constantes, los uniformes se pudrían a causa de la humedad, las armas quedaban corroídas y la jungla era tan espesa que dificultaba considerablemente el desarrollo de las operaciones militares.
Infantes de marina de la 1ª División en las junglas de Nueva Bretaña.
Tras la campaña de Cabo Gloucester, la división fue enviada a la remota isla de Pavuvu. En su nuevo hogar, los reemplazos se incorporaron a la división, mientras en su tediosa rutina, los marines aniquilaban a las plagas de ratas y a los omnipresentes cangrejos de tierra.
La 1ª División tuvo que afrontar un durísimo desafío. En el marco de la campaña de las Filipinas, había sido seleccionada para asaltar la isla coralina de Peleliu, en el archipiélago de las Palaos. Y es que MacArthur creía que, desde Peleliu, los japoneses podían atacar a sus fuerzas mientras se dirigían a las Filipinas.
Lo que se suponía que iba a ser un intenso combate de 3 días, se prolongó durante 74 interminables jornadas. Bajo el calor asfixiante de Peleliu, los marines de la 1ª División combatieron entre el 15 de septiembre y el 27 de octubre. Las bajas que sufrieron los marines fueron espeluznantes, pues la división perdió la tercera parte de sus hombres.
Atendiendo a un marine herido en Peleliu.
Tras la sangrienta batalla de Peleliu, los marines regresaron a Pavuvu. Esta vez, bajo el mando del general Pedro del Valle, se prepararon para una nueva campaña. La Operación Iceberg estaba en marcha y la 1ª División de Marines debía desembarcar en Okinawa, el último escalón antes de la invasión del Japón metropolitano.
La 1ª División de Marines luchó en Okinawa desde el 1 de abril de 1945 hasta el 21 de junio de 1945. En Okinawa, las lluvias y el barro, hicieron de los combates un escenario tan infecto y terrorífico como los campos de batalla de la Primera Guerra Mundial. Tras eliminar el grueso de la resistencia, los marines ayudaron a acabar con los defensores que habían quedado aislados y el 30 de septiembre, con la Segunda Guerra Mundial ya concluida, fueron enviados a Hopeh, China.
La 1ª División de Marines prestó servicio en China hasta 1947, después, regresó a los Estados Unidos y se estableció en Camp Pendleton, California.
Marines de la 1ª División en la batalla de Okinawa.