Mussolini en 1923 junto a los milicianos de los camisas negras.
Al ejército se sumó la Milicia fascista, cuya influencia fue aumentando progresivamente. A partir de 1930, las fuerzas del ejército regular fueron complementadas por batallones de la Milicia. Así, una división de la Milicia estaba integrada por tres legiones (regimientos), una compañía de ametralladoras y una batería de artillería.
La aviación pasó a ser una fuerza autónoma, con dos secciones distintas, una que colaboraba con la Armada y otra con el ejército de tierra. Mientras la militarización de Italia avanzaba bajo la dictadura de Benito Mussolini, el país trataba de convertirse en una importante potencia a nivel industrial. Sin embargo, hacia 1929, la producción industrial italiana solo era del 3,3% mundial frente al 6,6% de Francia o al 9,4% de Gran Bretaña.
En medio de este proceso de militarización, las colonias italianas en Libia serían objeto de atención. Tripolitania, en posesión de Italia desde 1912, experimentó un levantamiento de los beduinos en 1922. Todo ello condujo al general Emilio de Bono y al mariscal Pietro Badoglio a una larga campaña que finalizó en 1931.
A pesar de someter a los beduinos en Tripolitania, África siguió siendo fuente de conflictos para Italia. El 5 de diciembre de 1934 las tropas italianas y etíopes se enfrentaron en Ual-Ual, una zona fronteriza entre Abisinia y Somalia. Las hostilidades estallaron entre Mussolini y Haile Selassie.
Tropas italianas en la campaña de Abisinia.
Entre 1935 y 1936 las tropas italianas invadieron Abisinia. Los italianos sufrieron el rigor del clima y, a pesar de las dificultades se hicieron con el control de Adua. De Bono fue reemplazado por Badoglio, pues Mussolini buscaba una campaña más veloz. Por fin, el 5 de mayo de 1936, las tropas italianas entraban en Addis Abeba, la capital de Abisinia. Poco después, Italia se anexionaba Abisinia, quedando integrada en el África Oriental italiana.
Las intervenciones militares italianas en el periodo de entreguerras no concluyeron con la invasión de Abisinia. La guerra civil española también fue un conflicto en el que tomó parte Italia. Hasta 50.000 italianos fueron enviados a España, sin olvidar que Mussolini envío 248 aviones, 542 cañones, 3783 camiones y automóviles, 81 carros de combate e ingentes cantidades de munición.
Si bien los voluntarios italianos tomaron Málaga, sufrieron una estrepitosa derrota en Guadalajara. En vista de ello, Franco prohibió las operaciones militares independientes de las fuerzas italianas. Así pues, las tropas italianas siguieron prestando apoyo por tierra, mar y aire, colaborando en la conquista de Santander, Tortosa, Vinaroz y Cataluña.
Italia había destinado grandes cantidades de recursos en la guerra civil española mientras se fraguaba una nueva guerra mundial. Mientras tanto, los militares italianos apostaban por una guerra motorizada, en la que la velocidad fuera el elemento clave.
Carros de combate italianos en la campaña de Guadalajara, guerra civil española.
A pesar de que Gran Bretaña y Francia entraron en guerra con Alemania en septiembre de 1939, Italia apostó por una postura de no beligerancia. Y es que, Italia sentía preocupación por el gran poderío naval aliado en el Mediterráneo. Solo el 10 de junio de 1940, cuando Francia colapsaba ante el espectacular avance de las tropas alemanas, Italia entró en guerra para hacerse con parte de las posesiones francesas.
El dictador italiano Benito Mussolini declara la guerra a Francia.
La respuesta aliada tuvo lugar el 12 de junio, cuando la Royal Air Force bombardeó Génova, Venecia y Turín. Italia respondió bombardeando varias cuidades del sur de Francia.
Mussolini ordenó a Badoglio que atacase con sus tropas en el frente alpino. Mientras las unidades francesas se desmoronaban ante el ejército alemán, en el sur, mantenían la disciplina ante los italianos, que atacaron el 20 de junio de 1940.
Los italianos tuvieron que replegarse en Monginevro y, al día siguiente, en el Pequeño San Bernardo, tras imprecisos ataques aéreos, el batallón Aosta y el 23º Batallón de Bersaglieri, fueron frenados por los franceses, que procedieron a volar un puente. Tras restablecer un paso sobre el río, los italianos atacaron infructuosamente el fuerte del Traversette.
En Monginevro, el 4º Cuerpo italiano volvió a atacar el 21 de junio. Los cañones franceses frenaron a los italianos. Se entabló un duelo entre la artillería francesa y los cañones del fuerte italiano de Chaberton.
El ataque italiano progresaba muy lentamente. La división Littorio se detuvo cuando uno de sus tanques pasó sobre una mina. Había un gran temor a toparse con fuego anticarro francés. Al sur, las tropas italianas quedaron detenidas cuando los franceses volaron un puente sobre el Isére y cuando se toparon cona las fortificaciones de Vilaroger y el fuego de artillería.
En Moncenisio, el 1º Cuerpo italiano esperó a atacar el 23 de junio. Algunas tropas italianas lograron avanzar rumbo a Modane. A pesar de ello, las líneas francesas seguían resistiendo. Un regimiento de carros italiano quedó detenido en el paso del Moncenisio por las descargas procedentes de los fuertes franceses.
Tropas italianas en Menton.
El 23 de junio, las posiciones de vanguardia francesas cedían, pero la artillería seguía actuando de manera eficaz. Las tropas italianas sufrían el cañoneo y no disponían de artillería para neutralizar las fortificaciones francesas. Los cañones italianos estaban muy por detrás de las tropas de primera línea.
El 24 de junio se ordenó caer sobre Bourg Saint Maurice, pero no se pudo cruzar a la ribera izquierda del río y el 4º Cuerpo Alpino atacó desde el margen derecho, logrando una escasa progresión. Llegado el 25 de junio, con la firma de un armisticio, cesaron las hostilidades.
Franceses e italianos acuerdan un armisticio.