Pese a que el primer salto en paracaídas desde un avión se llevó a cabo en territorio estadounidense en el año 1911, el empleo de paracaidistas como fuerza de combate tuvo que esperar a la Segunda Guerra Mundial.
Eran muchos los que creían que, tras la campaña de Normandía, Alemania no tardaría mucho en derrumbarse. Sin embargo, las ofensivas aliadas se estrellaron en lugares como Arnhem y el bosque de Hürtgen.