En 1943 la guerra se había tornado terriblemente adversa para Alemania. El 6º Ejército alemán fue aniquilado en Stalingrado, mientras que en el norte de África, las tropas del mariscal Rommel eran derrotadas por el 8º Ejército británico. Para mayor desgracia, los aliados japoneses de Hitler sufrían una debacle en la isla de Guadalcanal.
Los prisioneros soviéticos que cayeron en manos de los alemanes en la Segunda Guerra Mundial fueron tratados con brutalidad y sus condiciones de vida eran mucho peores que las de los prisioneros británicos y estadounidenses. Existía especial odio hacia los rusos, dado que el régimen comunista de Stalin era el gran enemigo ideológico de la Alemania nazi de Hitler.
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