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Okinawa, un último y sangriento escalón en la guerra del Pacífico

A medida que transcurría el año 1945, los estadounidenses se acercaban más a Japón. La apacible isla de Okinawa era el último obstáculo que debían salvar los norteamericanos antes de desembarcar en las islas principales de Japón. Cuanto más se acercaban a Japón, más encarnizada era la resistencia de los soldados nipones. Tarawa, Saipán, Peleliu e Iwo Jima eran nombres grabados a fuego en las mentes de los marines por la fiereza de los combates.

El Ejército Nacional Indio en la Segunda Guerra Mundial, un aliado de los japoneses

Tras el ataque a Pearl Harbor, Japón cosechó importantes triunfos militares, logrando una gran expansión por Asia y el Pacífico. Tratando de socavar el poderío colonial británico, el oficial japonés Iwaichi Fujiwara estableció contactos con los nacionalistas indios.

La batalla del bosque de Hürtgen, un sangriento atolladero

Los éxitos en Normandía y la liberación de París condujeron a los aliados a las puertas de Alemania. Se hallaban cerca del caudaloso y largo río Rin, la última barrera natural que impedía su entrada en territorio alemán. Ante ellos se erigía el bosque de Hürtgen, una lúgubre y frondosa masa forestal por la que pretendían avanzar antes de alcanzar el Rin.