Las triunfales imágenes de las tropas aliadas desfilando por las calles de París se desvanecieron cuando llegaron a la frontera alemana. Ante las fuerzas aliadas se erigía la impenetrable Línea Sigfrido, bosques frondosos e intransitables como Hürtgen y una guarnición alemana dispuesta a defender la ciudad de Aquisgrán a sangre y fuego.