Antes de que estallase la guerra en el Pacífico, los mandos militares eran plenamente conscientes de la escasez de materias primas. Por ello, debían lanzarse a una rápida conquista de Asia y el Pacífico. Controlando una serie de territorios clave, lograrían proveerse de los recursos necesarios. Esta estrategia les llevó a invadir Singapur.