En la campaña de Túnez, uno de los accidentes geográficos más disputados fue la colina Longstop. De unos 300 metros de altura, ofrecía unas excelentes vistas, lo que permitía guiar el fuego de artillería a la perfección. Quien quisiera llegar a Túnez desde el valle del Medjerda, debía tener el control de Longstop.