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Carton de Wiart, una historia de guerra y heridas

La historia bélica está repleta de personajes peculiares. Un nombre en particular ha llamado mi atención, el de Adrian Carton de Wiart, oficial del Ejército británico que sirvió en la guerra de los Bóeres, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial. Sus aventuras y la multitud de heridas de guerra que sufrió, no tienen desperdicio. El propio Adrian llegó a afirmar que había disfrutado de la guerra.


Nació en el año 1880, en Bruselas (Bélgica), en el seno de una familia aristocrática. Tras pasar por el internado católico de The Oratory School (Inglaterra) y por el Baliol College (también en Inglaterra), abandonó los estudios a la edad de 19 años.


Así pues, nuestro pintoresco protagonista se enroló en el Ejército británico, lo que le llevó a combatir en la guerra de los Bóeres. En Sudáfrica resultó herido en el estómago y en la ingle, lo que le obligó a regresar temporalmente a casa. Una vez recuperado, regresó a la acción en Sudáfrica.


Pero tras las guerras Bóer, los combates no habían terminado para Carton de Wiart. Las hostilidades en Somalia y el estallido de la Primera Guerra Mundial le permitieron volver al campo de batalla. Fue enviado a Somalia, donde luchó contra los hombres de Mohammed bin Abdullah. En aquel escenario, donde participó en el ataque contra la fortaleza de Shimber Berris, recibió dos disparos en la cara y perdió un ojo, lo que le supuso tener que llevar un parche negro.


A pesar de todo, su valentía tuvo recompensa y en 1915 fue condecorado con la Orden de Servicios Distinguidos. Precisamente, ese mismo año, Carton de Wiart fue enviado al frente occidental, el gran reñidero de la Primera Guerra Mundial. En aquel conflicto llegó a ser herido hasta en siete ocasiones. En 1915 quedó privado de su mano izquierda y llegó a arrancarse los dedos a bocados cuando el médico no accedió a amputárselos.


Carton de Wiart recibiría nuevas heridas en la batalla del Somme, donde sufrió disparos en el tobillo y en el cráneo. A su doloroso palmarés añadiría heridas en la cadera en la batalla de Passchendaele y en la pierna  en la batalla de Cambrai, por no hablar de la herida en la oreja sufrida durante los combates en Arras.


Pese a las numerosas heridas sufridas, Carton de Wiart logró numerosas condecoraciones y galardones, entre los que figuran: la Cruz Victoria, Caballero de la Legión de Honor, la Cruz de Guerra 1914-1918, la Orden del Baño, Caballero comendador de la Orden del Imperio británico, la Orden de Servicios Distinguidos, Compañero de la Orden de San Miguel y San Jorge y la Orden Virtuti Militar.


Con la llegada de la Segunda Guerra Mundial, el incombustible Carton de Wiart no podía permanecer de brazos cruzados. Pues bien, en 1941, el avión que transportaba a nuestro héroe, fue derribado y cayó sobre las aguas del Mediterráneo. Manco y tuerto, el por entonces sexagenario Carton de Wiart, se las arregló para llegar nadando hasta tierra firme, donde fue hecho prisionero por los italianos. Trató de escapar de su cautiverio, y en una ocasión lo consiguió, estando evadido durante ocho días. Finalmente fue liberado en 1943.


Tras su periodo como prisionero de guerra, el primer ministro británico Winston Churchill le envió a China como representante especial. Retirado de la vida militar en 1947, terminó falleciendo en 1963.

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