Si hay algo que caracteriza a la Primera Guerra Mundial es la guerra de trincheras. Con ejércitos de escasa movilidad y dotados de una gran potencia de fuego, la guerra de movimientos terminó estancándose. Así pues, los soldados terminaron luchando entre alambradas y trincheras. Pero lejos del frente occidental, en Oriente Medio, se combatió de manera diferente, prueba de ello son las tácticas que empleó el victorioso general Allenby.