En junio de 1940, Francia vivió los que probablemente fuesen los días más tristes de sus últimos cien años de historia. Con los británicos retirándose por Dunkerque y las fuerzas francesas incapaces de contener el avance germano, las tropas alemanas no tardaron mucho en desfilar triunfalmente por las calles de París, pasando ante un monumento tan emblemático como el Arco del Triunfo.