Para protegerse de las amenazas que aguardaban al otro lado del Canal de la Mancha, las fuerzas alemanas erigieron unas 15.000 construcciones a lo largo de la costa atlántica. Una extensa cinta de búnkeres, casamatas, trincheras, alambradas, túneles y blocaos proporcionaba la defensa necesaria ante un posible desembarco. Era el llamado Muro Atlántico.