En 1942 el tráfico naval entre Japón y sus aliados del Eje en Europa era más que evidente. Solo a través del puerto de Burdeos se habían descargado más de 25.000 toneladas de caucho. Los británicos, pretendiendo interrumpir el aprovisionamiento de Alemania e Italia planearon un ataque contra el puerto de Burdeos, pero semejante operación requería el empleo de varias divisiones.