Los británicos concedieron una gran importancia al teatro de operaciones del Mediterráneo en la Segunda Guerra Mundial. De ahí que considerasen vital defender una isla como Creta.
En 1940, las tropas italianas atacaron Grecia, lo que abrió un nuevo frente en los Balcanes. Sin embargo, el desastre militar italiano provocó que Alemania tuviese que acudir en ayuda del ejército de Mussolini.