Las sucesivas derrotas sufridas por los italianos en África y en los Balcanes terminaron por forzar la intervención alemana en ambos frentes. Los últimos éxitos de la guerra relámpago alemana tuvieron lugar en Yugoslavia y Grecia, que cayeron en abril de 1941. Los británicos trataron de resistir en Creta, pero el 20 de mayo de 1941 los paracaidistas alemanes asaltaron la isla, que terminaron conquistando el 1 de junio.