El rugido ensordecedor de miles de aviones surcando los cielos despejados atrajo la atención de los holandeses. Pequeños puntos se dibujaron en el horizonte, un sinfín de C-47 y planeadores remolcados volaban como si se tratasen de interminables bandadas de estorninos. No era un domingo cualquiera, era 17 de septiembre de 1944. La Operación Market Garden había comenzado.