A principios de los años 90, Somalia era un país sumido en una sangrienta guerra civil. La caída del dictador Siad Barre en 1991 trajo consigo tiempos convulsos. Los señores de la guerra peleaban por el poder y los somalíes morían de inanición. Para poner fin a la hambruna y reestablecer el orden en el país, la ONU autorizó la intervención de una fuerza de paz. Los soldados de la ONU se desplegaron para repartir alimentos entre la población.
Posteriormente, las fuerzas especiales de los Estados Unidos fueron enviadas a Somalia para acabar con el más poderoso de los señores de la guerra: Mohamed Farrah Aidid. El destacamento estadounidense estaba integrado por hombres del 75º Regimiento Ranger, tropas de la Delta Force y contaba con el apoyo aéreo de un contingente del 160º Regimiento de Aviación de Operaciones Especiales, todos ellos bajo el mando del general William F. Garrison.
Se diseñó una operación para capturar a los cabecillas del clan que dirigía Mohamed Farrah Aidid. Las tropas norteamericanas debían descender de sus helicópteros y hacer prisioneros a los lugartenientes de Aidid, después regresarían a sus bases en una columna motorizada. Entre el 3 y el 4 de octubre de 1993 se produjeron intensos combates en la capital somalí que serían conocidos como la batalla de Mogadiscio. La operación comenzó bien, sin embargo, todo se fue al traste cuando un helicóptero Black Hawk resultó alcanzado y se estrelló en territorio hostil. Las fuerzas de tierra tuvieron que acudir para sellar un perímetro alrededor de la zona de impacto. Los problemas fueron en aumento cuando un segundo Black Hawk fue derribado.
Los estadounidenses estaban demasiado ocupados protegiendo la zona de impacto del primer helicóptero derribado. No había hombres suficientes para acudir hasta el segundo helicóptero derribado. Ante la situación desesperada a la que se enfrentaban los supervivientes del segundo Black Hawk, dos tiradores de la Delta Force, Randy Shugart y Gary Gordon, se ofrecieron voluntarios para buscar supervivientes, asegurar un perímetro junto a la segunda zona de impacto y resistir hasta ser relevados.
Los furibundos somalíes acudían a la segunda zona de impacto, por lo que Shugart y Gordon recibieron permiso para proteger el helicóptero derribado. Los dos tiradores Delta encontraron vivo al piloto Mike Durant. Shugart y Gordon se atrincheraron junto a Durant y comenzaron a ofrecer una fiera resistencia. Los somalíes estrechaban el cerco, tres hombres no podían contener a toda una ciudad, era cuestión de tiempo que acabasen superándoles. Los norteamericanos vendieron caras sus vidas, sin embargo terminaron por sucumbir a una marabunta de enemigos. Ambos tiradores Delta perecieron en el combate y solo el piloto Mike Durant logró sobrevivir. La muchedumbre, llena de ira arrastró y mutiló los cadáveres de los estadounidenses. El noble gesto de Shugart y Gordon por proteger a sus hermanos de armas terminó con un trágico final.
El piloto Mike Durant fue hecho prisionero y liberado varios días después. Las imágenes de los cuerpos de los soldados estadounidenses siendo arrastrados por las calles causaron conmoción en la opinión pública y se retiró el contingente de fuerzas especiales de Somalia. A nivel táctico, el saldo de la batalla de Mogadiscio fue más favorable para los estadounidenses, sin embargo, la opinión pública se había hastiado del sangriento embrollo de Somalia.
La generosa hazaña de Shugart y Gordon, enfrentándose ellos dos solos contra una turba de milicianos para defender a sus compañeros fue reconocida y a los dos tiradores Delta se les otorgó la Medalla de Honor a título póstumo. Quedará para el recuerdo su noble gesto y su actitud para el recuerdo al acudir en ayuda de sus compañeros en una situación imposible. Precisamente, como tributo a su memoria, el célebre cineasta Ridley Scott inmortalizó la gesta de Shugart y Gordon en su película Black Hawk Derribado.
El señor de la guerra, Mohamed Farrah Aidid murió en un tiroteo en 1996 y curiosamente, un día después de la muerte de Aidid, el ex comandante de las fuerzas especiales de Estados Unidos en Somalia, el general Garrison, se retiró del Ejército.
Es triste que después de tantos años de guerras y hambrunas, Mogadiscio sea una de las ciudades más peligrosas del mundo y Somalia sea un estado fallido.