Las fuerzas de ataque aliadas estaban compuestas por el 7º Ejército de Estados Unidos del general Patch y por el 1º Ejército francés del general De Lattre. Entre sus filas se encontraban soldados estadounidenses, franceses, tropas de las colonias galas (Senegal, Argelia, Marruecos, Túnez) y en menor medida británicos. Como respaldo naval, esta fuerza de invasión contaba con la 8º Flota del almirante Kent Hewitt.
Para la defensa de la costa del sur de Francia, los alemanes disponían del Grupo de Ejércitos G, que comandaba el general Johannes Blaskowitz. Las costas de sur de Francia estaban defendidas por la denominada Südwall, que consistía en una red de fortines, campos minados, obstáculos en las playas y diversas piezas de artillería. Respecto a las fuerzas de Blaskowitz, cabe destacar que contaba con tropas de dudosa calidad, entre las que se encontraban un buen número de unidades reclutadas entre los pueblos de la Unión Soviética. Tan solo la 11ª División Panzer suponía una verdadera amenaza para los aliados.
El 15 de agosto de 1944, precedidos por un bombardeo previo, fueron lanzadas las fuerzas aerotransportadas, también conocidas como Fuerza Rugby. Posteriormente desembarcaron las divisiones del 7º Ejército estadounidense y del 1º Ejército francés.
La flota de invasión aliada ante las costas del sur de Francia.
Anticipando los movimientos de los aliados, los alemanes ordenaron desplazar a la 11ª División Panzer en dirección a Provenza. Estas tropas, temerosas de la superioridad aérea aliada, avanzaron muy lentamente, siempre de noche, por lo que un desesperado general Von Wietersheim terminó por ordenar que continuasen marchando con mayor celeridad a plena luz del día.
En las playas, los aliados encontraron menos oposición que durante el desembarco de Normandía. Las tropas neutralizaron los blocaos eficientemente y los paracaidistas fueron lanzados en sus correspondientes zonas de aterrizaje. Ya a primera hora de la tarde, infantería y aerotransportados lograron enlazar. A todo ello hay que añadir que las fuerzas aliadas contaron con un entusiasta apoyo de la población francesa.
Para cuando la 11ª División Panzer logró vadear el Ródano, la situación militar alemana se había deteriorado terriblemente y cualquier posibilidad de rechazar a los aliados se había desvanecido. El general Neuling, al frente del 62º Cuerpo de reserva fue capturado junto a su estado mayor y para colmo, la 11ª División Panzer no creía que pudiese llegar a tiempo. Así pues, llegado el 17 de agosto, Hitler se vio resignado a aceptar la retirada de las tropas del 19º Ejército.
Parte de las fuerzas alemanas se retiraron hacia el este, en dirección a Italia, para sumarse a las tropas del mariscal Kesselring, mientras que las unidades restantes se retiraron por las márgenes izquierda y derecha del río Ródano. La retirada germana fue penosa, pues en las montañas, los maquis amenazaban su repliegue y les hostigaban, por no hablar de la omnipresente aviación aliada, que se cernía amenazante desde los cielos.
Con el grueso del ejército alemán abandonando las costas de Provenza, las guarniciones de las ciudades portuarias de Tolón y de Marsella recibieron órdenes de defenderse a toda costa, hasta la última bala y hasta el último hombre.
Al cargo de la defensa de Tolón se encontraba la 242º División alemana del general Bäsler, mientras que la defensa de Marsella le había sido encomendada a la 244ª División del general Schäffer. Estas divisiones estaban integradas por unidades de segunda clase y de escasa movilidad, entre los que se encontraban los denominados batallones Ost, hombres demasiado mayores para hacer la guerra y otros excluidos del servicio.
La tarea de conquistar Tolón y Lyon les fue encomendada a los franceses del general De Lattre. El 20 de agosto de 1944 comenzó el sitio a Tolón, con la 1ª División de la Francia Libre ascendiendo las escarpadas montañas próximas a la ciudad y la 3ª División de Infantería argelina rodeando la localidad portuaria hasta llegar a las aguas del Mediterráneo.
Con la ciudad cercada, las fuerzas navales aliadas bombardearon las baterías de cabo Sicié y la península de Saint-Mandrier. Los alemanes trataron de bloquear el puerto, hundiendo en su bocana el acorazado Strabourg y el crucero la Galissonière, pero la presencia de los bombarderos B-25 estadounidenses les disuadió de sus intenciones.
En tierra, la guarnición germana resistía como buenamente podía. Finalmente, las tropas galas lograron escalar tres viejos fuertes desde los que se dominaban Tolón y se internaron en la ciudad. La resistencia más organizada se localizaba en la península de Saint-Mandrier, donde el almirante Ruhfus se mostraba dispuesto a continuar con la defensa de Tolón. Tras prolongar la resistencia durante casi un mes, Ruhfus terminó por rendirse el 28 de agosto de 1944.
Mientras se combatía con fiereza en Tolón, comenzó el sitio a Marsella. La 1ª División Blindada francesa, la 3ª División de Infantería argelina, un regimiento de tiradores coloniales y los resistentes de las Fuerzas Francesas del Interior se encargaron de su conquista.
La resistencia procedió a llevar a cabo una insurrección el 21 de agosto, pero al día siguiente, los alemanes pusieron fin al levantamiento. El 23 de agosto el 7º Regimiento de Tiradores argelinos alcanzó el bulevar de la Madeleine, llegando a alcanzar el puerto al final del día. Los franceses solicitaron la capitulación alemana, ero el general Schäffer rechazó la oferta de rendición.
Los puntos de resistencia alemanes fueron silenciados uno tras otro, con los empecinados teutones siendo atacados por tierra mar y aire. El 28 de agosto de 1944, el Fuerte Saint-Nicholas, donde tuvieron lugar los últimos combates por Marsella, terminó por rendirse a los franceses.
La ciudad de Marsella es liberada de la ocupación alemana.
Con la conquista de las plazas de Tolón y Marsella, el 7º Ejército estadounidense puso rumbo a Grenoble, para más tarde caer sobre Lyon y Besançon. Por su parte, los franceses también se dispusieron para avanzar hasta Lyon.
Desde el norte, por la carretera de Troyes, avanzaba la 2ª División Blindada francesa, que el 25 de agosto de 1944 había entrado triunfalmente en París. Mientras tanto, las unidades alemanas llevaron a cabo una serie de acciones de retaguardias que retrasaron el avance aliado hacia Lyon.
Por fin, el 12 de septiembre de 1944, la 2ª División Blindada francesa del general Leclerc y los estadounidenses del 3º Ejército de Patton, avanzando desde el norte, se encontraban con los franceses del 1º Ejército de De Lattre, que había venido combatiendo desde que desembarcaron en Provenza.
La Operación Dragoon había supuesto un rotundo éxito para los aliados. Dada la rapidez de su avance, se encontraron con dificultades logísticas para abastecer a sus unidades, lo que en cierto modo permitió huir a las fuerzas alemanas.
Un gran inconveniente para el abastecimiento de los aliados fue la destrucción de los puertos de Marsella y Tolón, aunque cuando ambos puertos volvieron a entrar en servicio funcionaron con alto rendimiento para la causa aliada. Pese a no lograrse la completa destrucción del grupo de ejércitos G, la Francia de Vichy terminó por derrumbarse y el ejército alemán, expulsado del sur de Francia, no tuvo más remedio que poner pies en polvorosa.