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En defensa de la novela bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial

Enmarcado en la novela histórica encontramos un subgénero olvidado, maltratado incluso: la novela bélica. Hoy en día, en nuestras librerías, al acudir a las secciones de ficción histórica encontramos abundantes obras sobre grandes civilizaciones occidentales como Grecia y Roma y un sinfín de novelas ambientadas en la Edad Media. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, cada vez que buscaba algún libro de ficción que se inspirase en las batallas de la Segunda Guerra Mundial me iba de vacío.

Preguntaba a la gente si sabía dónde encontrar una buena novela de la Segunda Guerra Mundial, si me podían recomendar algún título, todo el mundo me hablaba de Sven Hassel, pero hasta encontrar libros del gran referente del género bélico se antoja difícil. Todo lo que podía encontrar eran obras técnicas sobre la Segunda Guerra Mundial, afortunadamente cada vez en mayor número, aunque fuera de los rigurosos análisis de los historiadores, necesitaba dejarme llevar por una historia de ficción con personajes que sintiesen miedos, inquietudes e ilusiones y que se embarcasen en aventuras imposibles. Toda la respuesta que encontré en las librerías fueron las novelas de la saga Sharpe escritas por el británico Bernard Cornwell, obras con las que disfruté en mi adolescencia, pero que se desarrollaban en las guerras napoleónicas. Seguía demandando ficción bélica de la Segunda Guerra Mundial, solo encontraba un gran desierto. Llegué a preguntarme si era un bicho raro.


Empecé a documentarme y a escribir, si en el mercado no había libros, al menos podía intentar crear mis propias obras. Resultó que no era el único que anhelaba una buena historia que se desarrollase en lugares como Stalingrado, Normandía o Iwo Jima. Muchas personas contactaron conmigo y me dijeron: ¡Por fin un autor español que escribe sobre la Segunda Guerra Mundial!


La demanda de obras de ficción bélica ambientada en la Segunda Guerra Mundial está ahí, el problema es que la oferta es prácticamente inexistente y deja un importante nicho de mercado desabastecido. Son muchos los que se emocionarían  imaginando que toman una playa al asalto o luchando en el gélido invierno ruso al tiempo que comparten las inquietudes y esperanzas de un grupo de soldados. ¿Por qué apostar por la narrativa bélica? Ayuda a comprender una etapa decisiva de la Historia del siglo XX y la Historia de los conflictos no sólo es el desarrollo de las batallas, también se entrelaza con los aspectos políticos, económicos, sociales y culturales de la época. Es por ello por lo que digo: ¡Adelante con la novela bélica!

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