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Jesús Hernández nos conduce a los aspectos más fascinantes y aterradores de la Alemania nazi en "Eso no estaba en mi libro del Tercer Reich"

La historia de la Alemania nazi es una cuestión que suscita al mismo tiempo fascinación y horror. Precisamente, concitando ambas sensaciones, ha llegado a las librerías “Eso no estaba en mi libro del Tercer Reich”, escrito por el historiador Jesús Hernández.

La obra comienza con una magnífica introducción sobre el ascenso del nazismo y la llegada de Hitler al poder. En este primer capítulo seremos testigos de los distintos aspectos de la vida del Führer, de sus hábitos alimenticios, su personalidad, su relación con las mujeres y sus gustos literarios y musicales.


Tras una presentación de quien era Hitler, seremos testigos de los cruceros en los que se embarcaban los alemanes para pasar sus vacaciones, circunstancia que servía más como elemento propagandístico que como un beneficio social otorgado a los trabajadores alemanes.

El Wilhelm Gustloff, un buque que se empleó en cruceros para los trabajadores alemanes y que terminó siendo hundido por un submarino soviético con miles de civiles a bordo en 1945.


Ahora bien, si hay algo que ha captado la atención del público, es el elevado nivel de desarrollo tecnológico del Tercer Reich. Jesús lo ilustra a la perfección en los deportes del motor, donde marcas como Mercedes y BMW, dominaban respectivamente los campeonatos del automóvil y del motociclismo.


Un aspecto que es sinónimo del desarrollo de un país es la calidad de sus infraestructuras. Aquí entran en juego las autopistas, pues dejaron estupefactos a los aliados cuando entraron en Alemania. No obstante, tras aquellas impresionantes carreteras se escondían ciertos puntos oscuros, como la elevada mortalidad entre los obreros que trabajaban en su construcción o el hecho de que los nazis escamoteasen las cotizaciones a los seguros de desempleo para financiar las autopistas.


Me ha impresionado especialmente la descripción que el autor hace del Hinderburg, pues uno se siente como si estuviese paseando por el mismísimo dirigible que tan funesto final encontró un 6 de mayo de 1937. Igualmente nítidas son las descripciones de los megalómanos proyectos edificatorios que se habían planeado para las ciudades alemanas.


Sin embargo, una vez superada la primera parte del libro, nos encontraremos con unos acontecimientos más oscuros en los que se refleja la cara más aterradora del régimen nazi. Así, nos acercaremos al modo en que la represión y el control del estado sobre la vida del individuo, atemorizan a los alemanes incluso en sus horas de sueño.


Pero los monstruos no solo acechaban en los sueños, también en el mundo real. He aquí que Hernández nos acercara a los más deleznables asesinos del Tercer Reich, verdaderos monstruos sin piedad como Oskar Dirlewanger, Sommer, el abyecto verdugo de Buchenwald o el tristemente conocido Amon Göth. Estos execrables personajes son el máximo exponente de la crueldad humana.

Tropas de las SS de la temida división Dirlewanger, una unidad caracterizada por su brutalidad con la población civil.


Si bien es cierto que los judíos fueron quienes en mayor medida sufrieron las atrocidades nazis, no hay que olvidar a otros colectivos como los homosexuales, quienes, a pesar de la caída del Tercer Reich, fueron considerados delincuentes tras la guerra. Por ello, la historia de la persecución de los homosexuales durante el régimen nazi es una cuestión que no debe caer en el olvido.


A pesar de que el autor ya había dado alguna pista en su blog que nos hacía intuir que en uno de sus libros trataría la masacre de Lídice, el capítulo dedicado a esta atrocidad vuelve a encogernos el corazón. El pequeño pueblo fue borrado de la faz de la tierra como represalia por el asesinato del protector alemán Reynhard Heydrich. En la matanza de Lídice encontraremos otro triste episodio que contribuye a reflejar los crímenes más despiadados del Tercer Reich.


Así pues, con su obra “Eso no estaba en mi libro del Tercer Reich”, Hernández ha cumplido su propósito: desvelar los aspectos más fascinantes del Tercer Reich, pero también mostrar los crímenes más terribles y el sufrimiento que aquel régimen provocó a millones de seres humanos.

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