A pesar de las objeciones del general Bradley y de los recelos que planteaba la idea de dividir a las fuerzas estadounidenses, que ya combatían en Pusan, el plan de MacArthur terminó por recibir luz verde. Así pues, MacArthur contaba entre sus fuerzas con el 10º Cuerpo, entre el cual se hallaban la 1ª División de Marines y la 7ª División de Infantería.

MacArthur no pretendía avanzar lentamente desde el reducto de Pusan, sino obligar al enemigo a luchar en dos frentes. Por ello, decidió desembarcar en Inchon, capturar la ciudad y su puerto, pues tan solo 30 kilómetros le separarían de Seúl. Con Seúl en sus manos, cortarían las rutas de abastecimiento enemigas de Pusan y tomarían el aeródromo de Kimpo.

Sin embargo, debían dirigirse a Inchon a través del Canal de los Peces Voladores, en el cual la corriente era muy fuerte, mientras que las mareas solo permitirían efectuar el desembarco a lo largo de tres horas de día y otras tres en la oscuridad nocturna. Cabe señalar también que, entre las dos mareas, se formaban grandes moles de lodo que impedían la navegación. Para mayor dificultad, no todo el desembarco podría realizarse en las playas, pues las fuerzas de MacArthur deberían tomar tierra en el puerto y en los muelles.

En los días previos al desembarco, Inchon y otras localidades fueron castigadas mediante bombardeos aéreos y navales. Atacando por mar y aire otros enclaves, buscaban distraer a los norcoreanos.

Inchon es bombardeada desde el mar por la Armada de los Estados Unidos.

Por fin, el 15 de septiembre de 1950, al amanecer, la Armada estadounidense, con unos 230 barcos, se colocó en la entrada del Canal de los Peces Voladores tratando de servirse de la marea de la mañana. El plan de MacArthur consistía en desembarcar a sus tropas en las playas Roja, Verde y Azul, asaltar y tomar la isla fortificada de Wolmi Do, después conquistar la ciudad y hacerse con el aeródromo. A su vez, el 8º Ejército atacaría rumbo al norte, partiendo desde su perímetro en Pusan.

El 3º Batallón del 5º Regimiento de Marines tomó tierra en la playa verde y, al atardecer, llegaron el 1º y 2º batallones de dicho regimiento en la playa Roja y llegando frente a Inchon. No mucho después el 1º Regimiento de Marines desembarcó en la playa azul. A su vez, las embarcaciones LST desembarcaban el material pesado, como los carros de combate y la maquinaria.

La invasión progresaba, con la isla de Wolmi-Do cayendo en manos de los marines y capturándose en dicho enclave el estratégico punto de la Colina de la Radio. También la pequeña Su Wolmi Do fue conquistada por los marines, mientras las restantes fuerzas se encargaban de tomar el terraplén que conectaba Wolmi-Do con el continente.

Los defensores norcoreanos ofrecieron una ligera resistencia tras ser bombardeados con napalm, cañones y cohetes. Su arsenal contaba con un puñado de piezas de 76 milímetros y solo en Su Wolmi Do, un reducido grupo de norcoreanos se defendieron de manera enconada.

Ante los progresos de los marines, MacArthur llegó a decir que la armada y los marines nunca habían brillado tanto como aquel día”.

El general MacArthur sigue el desarrollo de los desembarcos en Inchon.

En la playa Roja, el 1º y 2º Batallón del 5º de Marines, al asaltar la costa desde el puerto, tuvieron que valerse de escaleras para poder coronar los muelles. Avanzando tierra adentro, se hicieron con la colina del Consulado Británico, el cerro del Observatorio y la colina del Cementerio.

Por otra parte, en la playa Azul, la niebla impedía ver con claridad que ocurría, pues la humareda procedente de la ciudad se había mezclado con la lluvia. Así, algunas embarcaciones quedaron embarrancadas en el fango. Esto no fue obstáculo para el 1º Regimiento de Marines, que se hizo con el control de la playa.

El aeródromo de Kimpo estaba en manos norteamericanas y, al término del primer día, los estadounidenses registraban 196 bajas, habiendo hecho prisioneros a 300 de los 2.000 defensores norcoreanos.

Llegado el 16 de septiembre y ante los buenos resultados de los desembarcos, MacArthur ordenó marchar hacia Seúl. La capital surcoreana, bien guarnecida, se erigía como una fortaleza difícil de conquistar. No obstante, el 8º Ejército, atacando desde Pusan, se topó con una encarnizada resistencia, avanzando lentamente. La situación se complicaba para MacArthur, dado que necesitaba que el 8º Ejército progresase. Solo cuando el 8º Ejército logró cruzar el río Naktong y, una semana después del inicio de la gran ofensiva, consiguió que el ejército norcoreano se viniese abajo.

Batalla por Seúl.

Finalmente, las tropas del 10º Cuerpo lograron abrirse camino hasta Seúl y tras una dura lucha callejera, el 27 de septiembre de 1950, la capital surcoreana estaba en manos aliadas. Duramente golpeado, el ejército norcoreano se retiró por detrás del paralelo 38.

Un tanque estadounidense Pershing en las calles de Seúl.

El avance de MacArthur no tardó en atraer la atención de China que, el 26 de septiembre de 1950, con un ejército de 180.000 voluntarios, se internó en Corea. Todo ello obligó a retirarse hasta el sur a las tropas de la ONU y en enero de 1951, las tropas chinas y norcoreanas lograron retomar Seúl.

A pesar de sus progresos, la ofensiva china y norcoreana terminó perdiendo fuerza y las tropas de la ONU volvieron a hacerse con el control de Seúl el 14 de marzo de 1951. Por su parte, el general MacArthur quería llevar la guerra un paso más allá, trasladando la guerra a China si era necesario e incluso utilizando bombas atómicas. Finalmente, MacArthur fue relevado del mando por otro general veterano de la Segunda Guerra Mundial, Matthew B. Rigdway.

Mientras la guerra proseguía, ambos bandos entablaron negociaciones entre el 10 de junio de 1951 y el 27 de julio de 1953 (fecha en la que se firmó el armisticio). Desde entonces, la tensión ha estado a la orden del día entre Corea del Norte y Corea del Sur.