Todo ello implicaba que el ejército de Vietnam del Sur debía ser lo suficientemente fuerte como para proteger su propio territorio y combatir exitosamente al ejército de Vietnam del Norte.
Tratando de ganarse la simpatía de las zonas agrarias, se puso en marcha una reforma agraria al tiempo que se introducían ciertos elementos democráticos en los consejos que gobernaban las aldeas. Mientras tanto, a través del Programa Phoenix, 15.000 personas habían sido arrestadas o asesinadas por ser sospechosos de ser comunistas. Por otra parte, en 1968, el presidente survietnamita Thieu ordenó la movilización general de todos los hombres de unas edades comprendidas entre los 16 y los 50 años. Gracias a ello, las fuerzas armadas de Vietnam del Sur llegaron a contar con alrededor de un millón de hombres en 1971.
Pese a estar dotado de armamento y equipamiento norteamericano, la corrupción y la desmoralización seguían siendo un mal endémico en el ejército de Vietnam del Sur.
A comienzos de 1970, había indicios que apuntaban que las tropas comunistas se hallaban en Camboya, preparándose para atacar Vietnam del Sur. En vista de ello, se planeó una operación conjunta entre survietnamitas y estadounidenses. Sin embargo, atacar Laos y Camboya, suponía agredir a dos estados neutrales.
La situación dio un vuelco y el príncipe Norodom Shihanouk, favorable a los estadounidenses, fue derrocado en marzo de 1970 por el mariscal Lon Nol, quien reclamó más apoyo norteamericano. Los jemeres rojos y las tropas norvietnamitas suponían una amenaza para el gobierno de Camboya. Todo ello llevó al ejército de Vietnam del Sur, respaldado por los estadounidenses, a realizar una serie de incursiones en Camboya.
La intervención militar en Camboya provocó fuertes protestas en Estados Unidos. Cabe señalar lo acontecido en Kent State, donde la Guardia Nacional abrió fuego y mató a cuatro estudiantes. El Congreso de los Estados Unidos retiró el apoyo al presidente Nixon y derogó la resolución del Golfo de Tonkin. Todo ello impulsó más aún la vietnamización y la retirada de tropas estadounidenses de Vietnam.
Sin embargo, los estadounidenses poseían informaciones que señalaban que las tropas norvietnamitas se estaban congregando en Laos. Para ello, se planificó una operación militar en Laos. El ejército de Vietnam del Sur asumiría el peso del esfuerzo bélico, mientras que los estadounidenses proporcionarían soporte aéreo y artillero. Ningún soldado estadounidense pondría los pies en Laos.
Las tropas estadounidenses despejaron la Ruta 9 hasta la frontera, se prepararon bases de artillería y los helicópteros volvieron a operar desde Khe Sahn.
El 1º Cuerpo del ejército de Vietnam del Sur había reunido un gran número de fuerzas para su incursión en Laos: la Operación Lam Son 719. La 1ª Brigada Acorazada debía avanzar por la Ruta 9 hasta alcanzar Tchepone y la 1ª División de Infantería protegería los flancos llegando a varias bases de tiro y zonas de aterrizaje situados al sur. Al norte, la 1º División Aerotransportada y el 1º Grupo Ranger debían alcanzar ubicaciones similares. Como reserva, aguardaba la División de Infantería de Marina de Vietnam del Sur.
Si los norvietnamitas se esfumaban, debían avanzar hasta la ruta Ho Chi Mihn, una serie de caminos vitales para el abastecimiento de las fuerzas comunistas.
El objetivo de los survietnamitas y estadounidenses era asestar un golpe letal al abastecimiento de los norvietnamitas, cortando para ello la ruta Ho Chi Minh.
Soldados norvietnamitas en la ruta Ho Chi Mihn.
El 8 de febrero de 1971 supuso el pistoletazo de salida para la Operación Lam Som 719. La 1ª Brigada Acorazada cruzó la frontera a través de la Ruta 9. Los helicópteros estadounidenses despegaron cargados con infantería, rangers y paracaidistas de Vietnam del Sur.
Al sur, los survietnamitas se situaron con cuatro batallones en las zonas de aterrizaje Azul y Hotel. En el norte, la resistencia fue más fuerte y se perdieron siete helicópteros.
Al llegar a Aloui, veinte kilómetros en la profundidad del territorio de Laos, la 1ª Brigada Blindada no pudo seguir avanzando. La Ruta 9 era difícilmente transitable y los survietnamitas se vieron forzados a abandonar numerosos vehículos. La lluvia, la niebla y la concentración de fuego artillero dificultaban considerablemente el aprovisionamiento desde el aire.
El 12 de febrero, los norvietnamitas, que habían concentrado tropas, comenzaron a sondear las posiciones del ejército de Vietnam del Sur. El 20 de febrero, los rangers survietnamitas, después de sufrir una intensa presión, tuvieron que ocultarse en la jungla.
La moral se derrumbó entre los survietnamitas. Algunos de ellos, desesperados, se aferraban a los patines de los helicópteros tratando de escapar de la catástrofe.
El 21 de febrero, 2.000 soldados norvietnamitas, apoyados por carros de combate de fabricación soviética, atacaron en la colina 31, sembrando el caos entre las filas survietnamitas. Con el 3º Batallón Aerontransportado luchando por su supervivencia, se enviaron dos batallones acorazados en su ayuda. La columna blindada fue detenida al ser emboscada a unos 2 kilómetros de la colina 31.
Se envió apoyo aéreo a los survietnamitas, pero dos pilotos fueron derribados y la aviación se volcó de lleno en su ayuda. Tan solo 55 hombres lograron escapar de la Colina 31 y la Colina 30 y Ranger Norte fueron abandonados.
Ante la derrota en el norte, los survietnamitas decidieron concentras sus esfuerzos en el flanco sur. Un batallón de infantería survietnamita fue enviado en helicóptero a la zona de aterrizaje Lolo, hacia Tchepone. Los norvietnamitas aguardaban y siete helicópteros fueron alcanzados. Pese a todo, 500 survietnamitas llegaron a tierra al coste de 7 helicópteros abatidos y 35 dañados.
Helicópteros estadounidenses Cobra operando en Laos.
Más tropas fueron depositadas en las zonas de aterrizaje Liz y Sophia entre el 4 y el 5 de marzo. El 6 de marzo el 2º Regimiento de Infantería del Vietnam del Sur tomó tierra en la zona de aterrizaje Hope.
Las bajas de los survietnamitas ya eran de por sí cuantiosas. Corría el riesgo de que, de continuar internándose en Laos, las pérdidas de Vietnam del Sur aumentasen hasta provocar una derrota total. En vista de ello, el general survietnamita Lam optó por la retirada. Entre el 11 y el 12 de marzo fueron abandonadas las zonas de aterrizaje Hope y Sophia II, mientras que el 16 de marzo se retiraron de la zona de aterrizaje Lolo.
Tropas norvietnamitas conquistan la posición survietnamita en Lolo.
El 4º Batallón del 1º Regimiento de Infantería quedó al cargo de la retaguardia mientras los hombres se retiraban a pie. Los survietnamitas del 4º Batallón fueron atacados con ferocidad hasta que, el 18 de marzo, quedaron reducidos a 88 hombres. Se intentó un rescate, pero solo 36 hombres pudieron ser evacuados en helicóptero.
Las noticias de la catástrofe de la Operación Lam Son 719 se hicieron públicas. Los survietnamitas regresaron a través de la Ruta 9, vapuleados y con sus vehículos dañados.
Mientras los survietnamitas vadeaban un arroyo al este de Aloui fueron emboscados desde el límite de la jungla por las fuerzas de Hanoi. Un carro de combate fue destruido, el pánico se extendió y las dotaciones de otros tres tanques abandonaron sus vehículos.
Los vehículos destruidos y abandonados dificultaron el tránsito de la columna survietnamita. Los survietnamitas se retiraron dejando atrás 17 vehículos que posteriormente fueron destruidos por los helicópteros norteamericanos Cobra.
El caos se extendió. Los norvietnamitas introdujeron fuerzas en la Ruta 9, llegando incluso a poner en peligro las bases de artillería estadounidenses. Estos emplazamientos tuvieron que ser retirados protegidos por fuerzas blindadas. Los infantes de marina survietnamitas se retiraron acosados por el fuego de las zonas de aterrizaje Azul y Hotel.
El 6 de abril concluía la Operación Lam Som 719 con más de 1.500 muertos y 5.400 heridos para los survietnamitas. Bien es cierto que se calculaba que las bajas norvietnamitas superaban los 20.000 hombres. Sin embargo, la actuación del ejército de Vietnam del Sur fue desastrosa y la descoordinación fue manifiesta. Solo el apoyo de la artillería y la aviación norteamericana evitó que la debacle fuese aún mayor.