Era 1914, la Primera Guerra Mundial había estallado, y en la fase inicial del conflicto se libraba una guerra de movimientos. Siguiendo el Plan Schlieffen, los ejércitos alemanes penetraron en Bélgica, lanzando una arrolladora embestida que puso en jaque a las tropas francesas y a la Fuerza Expedicionaria Británica. Sin embargo, la intervención de los taxis de París contribuyó a salvar la capital francesa de las ofensivas germanas.