Con Rusia fuera de la Primera Guerra Mundial, un ejército británico muy castigado por las terribles pérdidas en la batalla de Passchendaele, los italianos sufriendo un descalabro militar en Caporetto y los franceses acuciando el desgaste de la guerra, Alemania preparaba una última gran ofensiva en el frente occidental.
Entre agosto y septiembre de 1914, las fuerzas británicas tuvieron que permanecer a la defensiva, conteniendo los ataques alemanes. Tiempo después, el 25 de febrero de 1915, los británicos iniciaron un bloqueo naval contra los alemanes.