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Garbo, el agente doble que contribuyó al éxito del desembarco de Normandía

Uno de los espías más audaces de la Segunda Guerra Mundial fue el español “Garbo”, cuyo verdadero nombre era Joan Pujol. Actuando como agente doble, tuvo un papel muy importante en el éxito del desembarco de Normandía.

Como buen agente, Garbo tenía unas habilidades innatas para la actuación y era todo un maestro del engaño. Los británicos decidieron apodarle “Garbo” con motivo de la famosa actriz Greta Garbo. Por el contrario, los alemanes se referían a Garbo con el nombre de “Arabel”.

Joan Pujol, llamado Arabel por los alemanes, era en realidad un espía al servicio de los británicos conocido como Garbo.

 

Así pues, Garbo se las arregló para engatusar a los alemanes del servicio de inteligencia del Abwehr y estos lo aceptaron como agente. Sin embargo, Garbo trabajaba realmente para el espionaje británico.

Garbo enviaba informaciones Berlín desde Madrid. Los datos que Garbo proporcionaba a los alemanes eran reales, lo que le valió el respeto del espionaje germano. Ahora bien, Garbo sabía cómo jugar con la información que suministraba a los alemanes. Por ejemplo, si informaba de la presencia de convoyes aliados en las aguas del Atlántico, avisaba con el suficiente retraso como para que los submarinos alemanes no llegasen a tiempo.

No obstante, Garbo ha adquirido su fama en los libros de Historia debido al papel que jugó en el día D. Así, los aliados buscaban abrir un segundo frente en Europa y Normandía fue el lugar elegido para un gran desembarco de soldados estadounidenses, británicos y canadienses. Para proteger aquella gran operación militar, era necesario recurrir a engaños y distracciones. He ahí la Operación Fortitude.

Para hacer creer a los alemanes que el desembarco aliado tendría lugar en Calais, Garbo envió informaciones que advertían de grandes concentraciones de tropas en zonas como Dover. Más aún, Garbo incluso llegó a avisar que las tropas aliadas se hallaban acantonadas en Escocia, lo que daba a entender que Noruega sería el lugar escogido para una gran operación anfibia.

Las fotografías que tomaban desde el aire los aviones de la Luftwaffe venían a corroborar las informaciones de Garbo. Sin embargo, a ras de suelo, la realidad era bien distinta. Aquellas supuestas concentraciones de camiones y tanques no eran más que una treta en forma de hinchables de goma.

Tanque Sherman hinchable.

 

Con la Operación Overlord (el desembarco de Normandía) a punto de ponerse en marcha, el espionaje británico del MI5 lanzó una desconcertante propuesta al alto mando aliado. La idea consistía en poner en conocimiento de Berlín unas horas antes del desembarco que los aliados iban a atacar en Normandía. Si el espionaje alemán del Abwehr era alertado tan solo unas horas antes de que tuvieran lugar los desembarcos, no tendrían suficiente tiempo para descodificar el mensaje, ni para tomar las decisiones oportunas y alertar a todas las unidades alemanas en la zona. Además, si esta información era filtrada por Garbo, ayudaría a reforzar su coartada y podrían verter nuevos engaños al Tercer Reich.

Comprendiendo el propósito del engaño y que los alemanes no tendrían tiempo suficiente para reaccionar, los mandos aliados dieron su visto bueno a aquella treta. En la madrugada del 6 de junio de 1944, Garbo informó a los alemanes de que las fuerzas aliadas partían de los puertos del sur de Inglaterra rumbo a la Europa continental. Pero el servicio secreto alemán en Madrid estaba cerrado a aquellas horas, por lo que tuvieron que esperar varias horas para poder comunicar la información a Berlín.

Garbo continuó enviando telegramas a Berlín. Ya en la noche del 7 al 8 de junio comunicó al Alto Mando alemán que la invasión de Normandía era un ataque secundario, una distracción, pues en realidad los aliados pretendían lanzar su gran ofensiva en Calais. En sus comunicados, Garbo logró engañar a los alemanes argumentando los fuertes bombardeos aéreos que sufría Calais, así como también aseveraba de importantes contingentes militares aliados estacionados en el este y sudeste de Inglaterra.

Todo ello provocó que los alemanes destinasen sus tan necesarias fuerzas acorazadas a Calais. Aquellos temibles panzers le hubieran venido muy bien al mariscal de campo Erwin Rommel para detener la invasión aliada en Normandía.

Una semana después, Garbo o Arabel, como era denominado por los alemanes, advirtió al Alto Mando germano que los aliados habían desistido en sus ideas de desembarcar en lugares como Calais o incluso Noruega. Por aquel entonces, los aliados ya habían asegurado las playas de Normandía y avanzaban tierra adentro.

Hitler concedería la Cruz de Hierro de segunda clase a su supuesto espía Arabel. Curiosamente, cuarenta años más tarde, Garbo sería condecorado con la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel de Inglaterra. Así fue como un agente doble contribuyó al éxito de la invasión aliada de Normandía y recibió algunas de las más altas condecoraciones por parte de los dos bandos enfrentados.

6 de junio de 1944, playa Omaha, tropas estadounidenses desembarcan en Normandía.

 

 

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