En aquel frente olvidado, la guerra estuvo caracterizada no solo por una lucha encarnizada, sino por la dureza del medio. Los ejércitos de Japón y la Gran Bretaña y sus aliados de la Commonwealth tuvieron que operar en espesas junglas, vadear grandes ríos, sufrir temperaturas extremas, soportar el monzón y padecer enfermedades tropicales como la malaria.
Hacia 1937 Japón había atacado militarmente China, ocupando buena parte de su territorio. Los nacionalistas de Chiang Kai Shek y los comunistas de Mao Zedong formaron una alianza contra natura para expulsar a los japoneses de su país.
Tras el ataque a Pearl Harbor, Birmania se convirtió en un objetivo para los japoneses. Y es que, a los británicos, Birmania les servía como retaguardia para con sus posesiones en Malasia y Singapur y permitía abastecer a las tropas que combatían al Ejército Imperial en China. Por ello, la conquista de Birmania se le encomendó al 15º Ejército japonés del general Lida.
Antes de proceder a la invasión masiva del país, los nipones se encargaron de tomar los aeródromos del oeste de Birmania, mientras que el 23 de diciembre y el 25 de diciembre de 1941, la ciudad de Rangún fue bombardeada.
Las defensas en Birmania eran escasas. Cuando los japoneses iniciaron sus ataques el 14 de diciembre de 1941, el general Hutton, responsable militar británico de Birmania solo disponía de 37 aviones, dos batallones británicos, 8 batallones birmanos y dos brigadas indias. Las fuerzas navales británicas en el golfo de Bengala se reducían a los cruceros Norfolk, Liverpool y Manchester.
A pesar de hallarse en situación de inferioridad, el general Hutton recibió órdenes de Wavell de defender Rangún a toda costa. Como refuerzo, Wavell envió a la 17ª División India mientras los japoneses se internaban en Birmania desde la vecina Tailandia (que estaba aliada con Japón).
El 8 de marzo de 1942, la capital birmana era tomada por las tropas japonesas. En semejante situación, el general Alexander ordenó la retirada hacia el norte, mientras las tropas chinas del general Stillwell hacían lo posible por proteger el flanco izquierdo de las fuerzas de la Commonwealth. Mientras tanto, la superioridad japonesa no solo era patente en tierra, sino también en el aire.
La invasión de Birmania prosiguió, con los japoneses adentrándose, pues su objetivo era cortar las comunicaciones entre la India y Birmania. Unos 60.000 hombres se dispusieron a combatir a los japoneses 100 kilómetros al sur de Mandalay. Era abril de 1942 cuando los japoneses atacaron por el flanco contrario al que se hallaban situadas las tropas chinas. Los británicos, en retirada, hicieron arder los pozos de petróleo de Yenanyaung antes de que cayeran en manos niponas.
El 26 de abril de 1942 comenzó la retirada británica de Birmania. Las lluvias torrenciales y la compleja orografía hicieron más penosa la retirada. Los japoneses marcharon hacia el río Chindwin para tratar de cortarles la retirada. Afortunadamente y, pese a tener que abandonar el material pesado, las tropas británicas lograron retirarse a tiempo, eso sí, al coste de 13.500 bajas aliadas por 5.000 bajas japonesas.
Tropas japonesas en Birmania.
Permaneciendo a la defensiva, llegaron cambios en la estructura de mando aliada en agosto de 1942. El general Wavell fue desginado virrey de la India, mientras que Lord Mountbatten fue nombrado comandante de las fuerzas aliadas en China y el Índico.
Era imperativo reestablecer la conexión con China, para lo cual, el 14º Ejército británico del general Slim debía lanzar una gran ofensiva. Mientras los británicos se recuperaban y se preparaban para un gran ataque, los japoneses permanecieron a la expectativa, limitándose a la simple ocupación de Birmania. Tres pequeños ejércitos, respaldados por las tropas del Ejército Nacional Indio componían las fuerzas japonesas.
La incursión lanzada en febrero de 1943 por una unidad especial denominada los Chindit, puso de manifiesto la debilidad japonesa. Aquella unidad aliada operó muy por detrás de las líneas japonesas, lo cual generó una gran preocupación entre los comandantes nipones. Se cernía una amenaza sobre Birmania y era preciso apuntalar la defensa de un territorio estratégicamente tan importante.
Los Chindit durante la campaña de Birmania.
A finales de 1943, el general Stilwell se hallaba al norte al mando de las tropas chinas, el general Slim, con su 14º Ejército estaba posicionado en la frontera entre la India y Birmania y el 15º Cuerpo del general Christison se situaba en la costa de Bengala. Así, los aliados trataron de penetrar en Arakan, pero quedaron sorprendidos cuando los japoneses se internaron en Assam.
Así, en febrero de 1944, dos divisiones indias lograron resistir en lo que se conoció como la batalla del Admin Box. Pero, un acontecimiento mucho más decisivo estaba por llegar.
Los japoneses buscaban asegurar la defensa de Birmania con una gran ofensiva, la Operación U-Go. Para ello, debían vencer a los británicos en puntos clave de Kohima en el estado de Nagaland y en Imfal, en el estado de Manipur. De hecho, la carretera que enlazaba Kohima e Imfal llegó a ser cortada por la ofensiva nipona.
Los japoneses querían cortar las comunicaciones entre Kohima en Imfal y destruir a las tropas aliadas en Imfal, para lo cual era vital la posición de Kohima, a través de la cual discurría una vital carretera. En abril de 1944, durante aproximadamente dos semanas, una pequeña guarnición de tropas británicas e indias, compuesta por 1.500 hombres, logró resistir el asedio.
Asedio japonés a Kohima, la colina de la guarnción completamente devastada.
El general Slim acudió al rescate de la guarnición de Kohima y lanzó una contraofensiva. En Imfal, dos divisiones británicas atacaron hacia el nordeste y otras dos marcharon rumbo al sur. Los aliados recuperaban la iniciativa en Birmania y el último gran ataque japonés de la Segunda Guerra Mundial fracasaba.
Cabe destacar que la ofensiva japonesa estuvo lastrada en buena medida por los graves problemas logísticos que padeció el Ejército Imperial en Birmania, pues las tropas niponas partieron con suministros insuficientes para una campaña prolongada. Así, la batalla de Kohima terminó costando 53.000 bajas a los japoneses por unas 17.000 bajas aliadas.
Tras realizar los preparativos correspondientes y poner su logística a punto, los aliados pusieron en marcha la Operación Capital en octubre de 1944. Era el momento de reconquistar Birmania.
Así, el 33º Cuerpo se dirigió hacia Kalernyo y en diciembre ya contaban con una cabeza de puente sobre el río Chindwin en Kalewa. El 4º Cuerpo marchó y ocho divisiones aliadas se aproximaron a Monywa y Mandalay. Los aliados combatían en la Birmania central.
Los japoneses procedieron a replegarse para intentar mantener la ciudad de Mandalay y los pozos petrolíferos de Yenyaung. Slim los llevó a combatir en la llanura de Swebo, intentándolos forzar a combatir en una batalla en campo abierto, sacando partido de toda su potencia de fuego, pero los japoneses optaron por aguardar a la defensiva tras el río Irrawady.
Parte de las tropas de Slim avanzaron desde el norte de Mandalay y el restro desde el sur, con el objetivo de conquistar Meiktila. Slim estaba llevando a cabo un movimiento de pinza.
Un soldado británico se toma un descanso y da cuenta de una taza de té en Meiktila.
En la costa, para cuando el general Christison atacó con su 15ºCuerpo en Arakan, los japoneses ya se estaban esfumando. De este modo, las zonas costeras cayeron con escasa oposición mientras los soldados japoneses escapaban a través de las montañas.
Exhaustos tras su segunda campaña, las unidades especiales de los Chindit fueron relevadas por la 36ª División británica. Mientras tanto, la presencia de tropas chinas en Birmania quedaba reducida a dos divisiones y el enfrentamiento entre el líder nacionalista Chiang Kai Shek y el general Stilwell terminó con la sustitución de este último.
Los japoneses continuaron perdiendo terreno en Birmania y la comunicación entre la India y China fue reestablecida cuando se recuperó la conexión terrestre entre Assam y Chunking.
En febrero de 1945, el 14º Ejército de Slim llevó a cabo la gran operación de pinza sobre Mandalay. Los japoneses, cercados, habían perdido toda comunicación con Rangún, la capital birmana. Los nipones, desesperados, lucharon a sangre y fuego por Meiktila. A pesar de sus esfuerzos, Fort Dufferin y Mandalay cayeron en manos británicas en marzo de 1945.
Tropas indias asaltan una posición japonesa en Mandalay.
Para el 14º Ejército británico, el siguiente paso en la reconquista de Birmania era la toma de la capital, Rangún. El 4º Cuerpo británico avanzaba desde la carretera principal, mientras que el 33º Cuerpo se abría camino desde las márgenes del Irrawady.
La progresión aliada fue tan veloz que parte del vapuleado 15º Ejército japonés fue cogido en su retirada y peleó por última vez a unos cien kilómetros de Rangún.
Un carro de combate británico Stuart rumbo a Rangún, la capital birmana.
Por su parte, los aliados activaron la Operación Drácula, disponiendo para ello de una división de infantería, un regimiento acorazado y un batallón gurja de paracaidistas. De hecho, los gurjas encontraron escasa resistencia en Rangún y tomaron tierra cerca de las fortificaciones enemigas. Los japoneses estaban retirándose de la ciudad de Rangún para cuando, el 2 de mayo de 1945, los primeros soldados aliados llegaron a la capital. Cuatro días después, la capital birmana era alcanzada por las tropas del 4º Cuerpo del general Messervy.
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