El golpe de mano fue llevado a cabo por tropas canadienses, británicas y soldados noruegos en el exilio. Los objetivos de la misión eran diversos, pues se pretendía cortar el acceso de los alemanes a un recurso como el carbón, así como dejar sin información meteorológica al enemigo.
Las estaciones meteorológicas alemanas situadas en el círculo polar ártico, suministraban una muy valiosa información sobre la evolución del clima en el Atlántico Norte. Gracias a ello, la Armada alemana disponía de datos de gran utilidad a la hora de hacerse a la mar.
Con la derrota de Noruega, dichas instalaciones meteorológicas cayeron en manos alemanas. Rápidamente, los aliados se pusieron manos a la obra y decidieron atacar dichas instalaciones.
Destrucción de una estación inalámbrica en Spitzbergen.
Asimismo, en el remoto archipiélago de Svalbar, también conocido como Spitzbergen, existían explotaciones mineras de carbón. En vista de la escasez de mano de obra en el archipiélago, los noruegos facilitaron la entrada de trabajadores soviéticos para poder explotar las minas. La minería no era la única actividad económica, pues en el archipiélago de Svalbar también se hallaba una flota ballenera.
En vista de la importancia del lejano archipiélago, los mandos británicos idearon un golpe de mano para atacar Svalbar y destruir sus instalaciones mineras y meteorológicas. Dicha incursión fue bautizada con el nombre de Operación Gauntlet.
Inutilizando explosivos mineros en Spitzbergen.
De este modo, los aliados reunieron una flota compuesta por el crucero HMS Nigeria, varios destructores y el transatlántico Empress of Canada. Dicha flota se hallaba bajo el mando del almirante Philip Vian.
Llegado el 27 de agosto de 1941, los aliados atacaron el archipiélago de Svalbar. Dirigidas por el general Potts, las tropas de los destacamentos Edmonton y Saskatoon asaltaron rápidamente las islas sin encontrar oposición.
Los ingenieros destruyeron las máquinas y los accesos a las minas. Por otra parte, británicos, noruegos y canadienses también hicieron arder 450.000 toneladas de carbón y 12.500 de carburantes y grasas. Unos 3.200 soviéticos y noruegos fueron embarcados y enviados a Gran Bretaña. En los últimos compases de la operación, los aliados destruyeron las emisoras y las instalaciones meteorológicas. Asimismo, los británicos se hicieron con un suculento botín al capturar varios barcos enemigos.
Con el deber cumplido, los aliados regresaron a Gran Bretaña. La misión había sido un completo éxito y no habían sufrido bajas. Por su parte, los mineros soviéticos fueron repatriados.
Evacuación de civiles en el archipiélago de Svalbar.