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Khe Sanh, los marines bajo asedio en Vietnam

Para garantizar la seguridad de la provincia de Quang Tri y de los territorios del norte de Vietnam del Sur, era imprescindible cortar la ruta de infiltración del ejército norvietnamita. Las colinas boscosas de Khe Sanh, muy próximas a la frontera con Laos, se convirtieron en una posición clave.

Desde 1962, las Fuerzas Especiales y los montañeses habían operado en la zona. Cuatro años después, los marines establecieron bases militares denominadas Campamento Rockpile y J.J. Carroll.

La base militar de Khe Sanh se erigió sobre una llanura alrededor de una pista aérea. Para los estadounidenses, aquella posición era un baluarte que impedía la infiltración masiva de las fuerzas norvietnamitas. Asimismo, era una plataforma ideal desde la que enviar tropas de las Fuerzas Especiales.

Eran muchos los mandos estadounidenses que deseaban atraer a los norvietnamitas a una gran batalla y veían en Khe Sanh esa gran oportunidad. Sin embargo, para mantener Khe Sanh era necesario el domino de las colinas aledañas. Entre estos accidentes geográficos destacan las colinas 881 Norte, 881 Sur y 861. Estas colinas ofrecían una magnífica visión y una excelente posición de disparo para la artillería.

Estadounidenses y vietnamitas pelearon por las colinas entre el 28 de abril y el 5 de mayo de 1967. Por un momento, pareció que los norteamericanos lograron asegurar tan estratégicas posiciones.

La disminución de la actividad enemiga en la zona y las necesidades de tropas en otros lugares llevaron a una reducción de las guarniciones norteamericanas en las colinas. Mientras tanto, los estadounidenses fortificaron la zona y mejoraron las infraestructuras para posibilitar el aterrizaje de los aviones de carga C-130.

En diciembre de 1967 los estadounidenses tenían indicios que presagiaban dificultades. Las Fuerzas Especiales informaban de concentraciones de tropas norvietnamitas en zonas próximas a Khe Sanh.

Tropas del 26º Regimiento de Marines fueron enviadas para reforzar la seguridad, al tiempo que se incrementaba la vigilancia y se erigían puestos en las colinas 558, 861A y al noroeste de la colina 861.

Lanzamiento de suministros sobre Khe Sahn.

 

El 17 de enero de 1968 una patrulla de marines fue emboscada al suroeste de 881 Norte y dos días después una segunda patrulla sufrió idéntica situación. Gracias a la lluvia y la niebla, los norvietnamitas atacaron y conquistaron 881 Norte.

Ante semejante amenaza, los marines respondieron con un ataque el 20 de enero. Los marines quedaron rodeados, aunque un pelotón consiguió alcanzar la cima de la colina. El capitán Dabney pidió refuerzos, pero su solicitud fue denegada y los marines tuvieron que retirarse.

Asimismo, el 20 de enero, un desertor informó de la amenaza que se cernía sobre Khe Sanh, pues las 304ª y 305ª divisiones norvietnamitas tenían intenciones de caer sobre la posición estadounidense.

En la noche del 20 al 21 de enero, los peores temores de los estadounidenses se materializaron cuando 300 norvietnamitas atacaron la colina 861. Los norvietnamitas incluso llegaron a tomar la zona de aterrizaje de helicópteros. Sin embargo, un decidido contraataque de la compañía K del 3º Batallón del 26º Regimiento de Marines logró recuperar la posición.

Sobre las 05:30 horas los norvietnamitas emprendieron un descomunal bombardeo con cañones y cohetes sobre Khe Sanh. Una aterradora explosión atronó en la base estadounidense cuando un depósito de 1.500 toneladas de municiones, proyectiles y bombas estalló al ser alcanzado. Los helicópteros que permanecían en la pista de aterrizaje quedaron destruidos y las detonaciones secundarias se sucedieron a lo largo de los dos días siguientes.

La artillería estadounidense abre fuego durante la batalla de Khe Sanh.

 

Los norvietnamitas también atacaron la aldea de Khe Sanh y una compañía de marines y otra survietnamita trataron de contenerlos, aunque debido a los renovados esfuerzos de las tropas comunistas, tuvieron que retirarse.

El asedio de Khe Sanh comenzó y el 1 de febrero, coincidiendo con el inicio de la ofensiva del Tet, los comunistas volvieron a atacar, centrando esta vez sus esfuerzos sobre la colina 861A.

Tras un bombardeo con morteros, a las 03:05 horas, atacaron los norvietnamitas. Los marines de la compañía E del 2º Batallón del 26º Regimiento respondieron con un sangriento contraataque caracterizado por una salvaje lucha cuerpo a cuerpo en la que los norteamericanos salieron victoriosos. El ejército norvietnamita volvió a lanzar una nueva embestida a las 06:10, aunque cayó bajo el fuego de artillería, morteros y ataques aéreos guiados.

Un depósito de combustible arde tras ser alcanzado en la posición estadounidense de Khe Sanh.

 

Pero los norvietnamitas no se dieron por vencidos y atacaron la base de combate tan solo tres días después. Un pelotón de marines de la compañía A del 1º Batallón del 9º Regimiento llegó a quedar rodeado en la colina 64 y consiguió salvarse de la catástrofe gracias al fuego de apoyo procedente de la propia base de combate. Los estadounidenses enviaron refuerzos y expulsaron a los norvietnamitas.

Pese a todo, el ambiente era desesperanzador entre los defensores de Khe Sanh, pues un día antes, había caído el cercano campamento de las Fuerzas Especiales en Lang Vei.

Durante 77 largos días de pesadilla, el ejército norvietnamita bombardeó las posiciones estadounidenses con morteros, cohetes y cañones. Aproximadamente 2.500 proyectiles semanales caían sobre Khe Sahn, mientras unos 6.680 marines, reforzados por hombres de las Fuerzas Especiales y tropas survietnamitas, se resguardaban en sus búnkeres y trincheras.

Los días transcurrían y muchos se preguntaban por qué los aproximadamente 20.000 hombres de las fuerzas norvietnamitas no caían masivamente sobre Khe Sahn.

Mientras tanto, el presidente Johnson seguía con gran atención el desarrollo de los combates en Khe Sanh, llegando incluso a disponer de una reproducción de la base en la Casa Blanca. El propio Johnson estaba decidido a conservar Khe Sanh y a que la batalla no se convirtiese en un segundo Dien Bien Phu.

El presidente Johnson examina una reproducción de Khe Sanh.

 

Esta determinación se plasmó en un aprovisionamiento sostenido de la guarnición y en su refuerzo con el 37º Batallón de Ranger survietnamita y el 1º Batallón del 9º Regimiento de Marines.

Un acontecimiento especialmente dramático para los defensores de Khe Sanh tuvo lugar el 10 de febrero, cuando un C-130 fue alcanzado por los norvietnamitas y el avión, cargado de combustible, estalló sobre la pista. A pesar de las dificultades, los C-130 lanzaron suministros en paracaídas y los helicópteros continuaron abasteciendo a la base.

El 22 de enero, el presidente Johnson dio su permiso para emprender la Operación Niágara. De este modo, las fuerzas aéreas estadounidenses lanzaron bombas, cohetes y napalm sobre las líneas de abastecimiento y las bases norvietnamitas. Asimismo, la artillería también abrió fuego contra las bases norvietnamitas desde los campamentos Rockpile y Carroll. Más de 100.000 toneladas de bombas fueron arrojadas y más de 150.000 proyectiles de artillería fueron disparados entre el 22 de enero y el 31 de marzo.

El 29 de febrero los estadounidenses sabían que los norvietnamitas marchaban hacia el perímetro oriental. El fuego de artillería y los bombardeos aéreos detuvieron el ataque, así como también las patrullas de los marines y de las tropas norvietnamitas también salieron a enfrentarse al enemigo.

Los norvietnamitas empezaron a replegarse hacia la frontera con Laos. Por otra parte, se realizaron reparaciones en la ruta 9 y la 1ª División de Caballería realizó esfuerzos para romper el cerco.

El 3 de abril, la 3ª Brigada de la 1ª División de Caballería establecieron contacto con los marines de Khe Sanh y seis días más tarde, los infantes de marina recuperaron la colina 881 Norte.

Tropas de la 1ª División de Caballería avanzan hacia Khe Sanh.

 

Las bajas estadounidenses fueron de 205 muertos y 852 heridos frente a los aproximadamente 1.600 muertos que dejaron los norvietnamitas sobre el campo de batalla. No obstante, los efectos del fuego de artillería y los ataques aéreos pueden elevar la cifra de bajas norvietnamitas hasta los 10.000 hombres.

Sin embargo, el descontento en la sociedad estadounidense fue en aumento, sobre todo tras la ofensiva del Tet. Estados Unidos comenzó a desvincularse progresivamente del conflicto, reduciendo su presencia militar en Vietnam. Todo ello llevó a abandonar Khe Sanh en junio de 1968.

 

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