El sargento primero John Baskeyfield, herido, con una única mano, disparó un cañón antitanque de 6 libras. Baskeyfield llegó a dejar que los tanques se le acercasen hasta una distancia de poco más de 90 metros y logró destruir dos blindados Tigre y un cañón autopropulsado antes de perder la vida.
El mayor Robert Cain desempeñó un papel fundamental, dado que logró sobrevivir a seis días de ataques combinados de blindados e infantería. Por ello, al igual que Baskeyfield, fue condecorado con la Cruz Victoria.
El teniente John Grayburn, combatió al frente de un pelotón del 2º Batallón Paracaidista en Arnhem. Grayburn sufrió heridas en el hombro cuando intentaba capturar el extremo sur del puente. Volvió a ser herido cuando defendía una casa situada en una posición clave. Cuando la situación de sus hombres se hizo imposible, murió mientras cubría la retirada.
El teniente David Lord fue piloto de un avión de suministros. Su avión fue alcanzado y el motor de estribor se incendió. A pesar de todo, efectúo dos pasadas sobre la zona de lanzamiento, después ordenó a su tripulación que saltase del avión en paracaídas. Finalmente, el avión terminó por incendiarse.
El capitán Lionel Queripel dirigía a su compañía a través de las calles de Arnhem cuando cayeron bajo el fuego enemigo. Queripel resultó alcanzado en la cara cuando llevaba a hombros a un sargento herido. Posteriormente, recibió heridas en ambos brazos y ordenó la retirada. Valiéndose de una pistola y algunas granadas de mano, cubrió la retirada y no se le volvió a ver nunca.
Pese a todas estas hazañas individuales, la situación de los paracaidistas británicos en Oosterbeek y Arnhem se tornó insostenible. El 30º Cuerpo británico, que avanzaba desde el sur, se encontró con numerosos escollos en su camino y no pudo acudir al rescate de la 1ª División Aerotransportada. Finalmente, la noche del 25 al 26 de septiembre de 1944, lo que quedaba de la castigada División Aerotransportada, se retiró cruzando el Bajo Rin.