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Sembrando el terror entre las filas enemigas: la OSS en Birmania

Probablemente Birmania sea uno de los escenarios más olvidados de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en aquel remoto lugar poblado por frondosas junglas, se libró una guerra especialmente dura.

Birmania se hallaba ubicada entre la India (en manos de los británicos) y China, desde donde operaban las tropas nacionalistas chinas comandadas por el general estadounidense Joseph Stillwell. Uno de los puntos clave de Birmania era Myitkyina, situado al norte del país y dotado de un campo de aviación y de un depósito ferroviario. Así, la presencia militar japonesa impedía las comunicaciones entre las fuerzas chinas y británicas.

Si bien el norte de Birmania era un terreno complicado, con espesas junglas, mosquitos capaces de infectar de malaria a los soldados, serpientes venenosas y toda clase de insectos, la OSS estadounidense se percató de que podía operar contra los japoneses en aquel escenario. Para ello, William Donovan, envío al Destacamento 101 del capitán Carl Eifler.

Junto a hombres que había reclutado de entre las tropas estadounidenses, Eifler se instaló en Nazira, situada en tierras indias. Eifler también engrosó las filas de su personal con británicos, refugiados birmanos y nativos de la tribu kachin, que se oponía a la ocupación nipona.

En 1943, buscando establecer lazos con la tribu kachin, Eifler envió al capitán Vincent Curl. Así, Curl se desplazó hasta el territorio controlado por los kachin con la misión de obtener información sobre el enemigo, destruir puentes y carreteras y rescatar a los pilotos aliados derribados.

Como parte de su misión Curl pretendía reunirse con un jefe tribal kachin llamado Zhing Htaw Naw. Zhing había sido un hombre muy activo, pues había hostigado a los japoneses en numerosas ocasiones. No obstante, para cuando Curl quiso reunirse con él, Zhing se hallaba aquejado de malaria. Curl, que disponía de medicinas, se ofreció para sanar al líder tribal. Gracias a la quinina, pudo salvar la vida de Zhing. En vista de ello, Zhing optó por unirse a Curl, por lo que la OSS estadounidense llegó a dotar de armamento a unos mil guerrilleros.

Con un variopinto arsenal que incluía desde lanzas y cerbatanas hasta toda clase de armas de fuego, los kachin golpearon a los japoneses. La mayoría de sus asentamientos se hallaban en zonas recónditas, protegidas de los japoneses, pero en los valles, los japoneses irrumpían y perpetraban atrocidades contra los kachin. Como respuesta a las matanzas llevadas a cabo por las fuerzas japonesas, los kachin no dudaban en torturar y matar a los soldados nipones capturados. El odio entre kachin y japoneses no tenía límites y ambos recurrían a las formas más crueles de tortura y asesinato.

A pesar de las atrocidades cometidas por ambos bandos, el coronel William Peers ordenó respetar las normas de la guerra respecto al trato que se debía dispensar a los prisioneros japoneses. Más aún, llegó a enviar a consejo de guerra a un kachin que había matado a un prisionero japonés adosando dinamita a su cuerpo para hacerle volar por los aires.

La contribución de los kachin resultó de gran importancia para la guerra en Birmania, pues alrededor de 10.000 de sus guerrilleros, en diversas acciones, terminaron por forzar el repliegue japonés, lo que allanó la conquista de Myitkyina (1944) por parte de las tropas nacionalistas del general Stillwell.

Pero, el trabajo de la OSS no solo se limitaba a acciones de guerrilla. También buscaban sembrar la confusión y el desaliento entre las tropas japonesas. He aquí el importante papel jugado por la estadounidense Elizabeth Betty McIntosh, una periodista que conocía la lengua japonesa y que se enroló en la OSS. Y es que, McIntosh se había enrolado en la Morale Operations de la OSS.

El trabajo de McIntosh consistía en verter información falsa a los japoneses, haciendo creer que procedía de las propias fuentes niponas. De hecho, McIntosh le ordenó al coronel Peers y a sus kachin que dejasen falsas postales de soldados japoneses en un furgón de postal nipón. Estas falsas postales contenían mensajes sombríos y derrotistas de los soldados japoneses.

Era muy conocido el estilo de combate fanático del soldado japonés, que luchaba hasta la muerte en lugar de rendirse. Precisamente con Tojo dirigiendo las riendas militares de Japón, se había hecho un gran hincapié en este estilo fanático de adoctrinamiento. Pues bien, con la dimisión de Tojo como primer ministro de Japón en julio de 1944, McIntosh buscaba propagar informaciones falsas para evitar que los japoneses combatiesen hasta la muerte y que así, los aliados no encontrasen una resistencia tan encarnizada.

Para ello, McIntosh y su equipo falsificaron documentos militares japoneses que autorizaban a los soldados nipones a rendirse si se habían quedado sin municiones o si estaban rodeados por un enemigo muy superior. Los kachin contribuyeron a difundir aquel falso mensaje, asesinando a un correo japonés e introduciendo la falsa orden en sus bolsillos. Buscando extender aquella falsa información, los aviones aliados lanzaron miles de estos falsos mensajes sobre territorio controlado por los japoneses.

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