Iwo Jima era una pequeña isla volcánica perdida en el Pacífico, a medio camino entre Japón y las Islas Marianas. Aquella diminuta extensión de terreno ofrecía un lugar ideal como pista de aterrizaje de emergencia y aeródromo de reparación para los aviones que regresaban de bombardear tierras japonesas. La toma de Iwo Jima, se le encomendó al Cuerpo de Marines de los Estados Unidos.
El 19 de febrero de 1945, los estadounidenses desembarcaron en Iwo Jima, encontrando una feroz oposición cuando las lanchas, carros de combate y los infantes de marina comenzaron a acumularse en la playa. A costa de unas bajas escalofriantes, los marines tomaron la playa. Tras consolidar su cabeza de playa, los infantes de marina de Estados Unidos avanzaron hasta el monte Suribachi y el 23 de febrero de 1945 lograron culminar la escalada. Cuando seis marines izaban la bandera (Franklin Sousley, Ira Hayes, Rene Gagnon, John Bradley, Mike Strank y Harlon Block), llegó el fotógrafo Joe Rosenthal e inmortalizó la escena en una memorable fotografía.
De esos seis infantes de marina, tres sobrevivieron a la batalla de Iwo Jima (Bradley, Hayes y Gagnon). Cuando llegaron a Estados Unidos fueron recibidos como héroes y formaron parte de una descomunal campaña propagandística. Por su parte, el fotógrafo Joe Rosenthal, terminó ganando el premio Pulitzer por su fotografía de los marines alzando la bandera en Iwo Jima. Bien es cierto que la imagen elevó la moral de los estadounidenses y logró transmitir la sensación de que, pese a los enormes sacrificios, estaban logrando ganar la guerra.
No obstante, hay que decir que la fotografía no refleja el izado de la primera bandera sobre el monte Suribachi, si no que se trata de una segunda bandera, pues se ordenó que la primera fuese retirada.
Más allá de historias como el izado de la bandera, Iwo Jima permanece en los libros de Historia como un escenario marcado por el salvajismo en el que los marines se desangraron por conseguir la victoria a costa de aniquilar a los resueltos soldados japoneses del inteligente general Kuribayashi. Tal fue la dificultad que encontraron los norteamericanos, que la suma de muertos, heridos y desaparecidos de los estadounidenses es superior a las pérdidas totales japonesas.