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Laureano Clavero arroja luz sobre los desembarcos clandestinos de nazis en Mar del Sud

En julio de 1945 hacía semanas que las armas hubieran callado en Europa, pero en la costa del Atlántico, frente al apacible pueblo de Mar del Sud, aguardaban los temibles submarinos alemanes frente a la costa argentina. Una vez más, el cineasta e investigador histórico Laureano Clavero nos desvela una increíble historia de nazis fugados a Argentina.

En medio de la noche, mecidos por las aguas del Atlántico, la torreta del sumergible U-570 emergió un 10 de julio de 1945. El comandante del submarino, el teniente de navío Otto Wermouth, fue capturado por las autoridades argentinas y sometido a un interrogatorio. Días después, cuando los rumores y las especulaciones todavía circulaban entre la población local, emergió un nuevo submarino, el U-977. Cabe señalar que, en cuestión de días, tanto el U-570 como el U-977 terminarían entregándose en Mar del Plata.

El U-977 anclado en Mar del Plata.

 

El U-577 en Mar del Plata (archivo: Julio B. Mutti).

 

¿Qué estaban haciendo los sumergibles alemanes frente a las playas de un pueblo tan recóndito como Mar del Sud? Los antaño temidos U-Boat habían acosado a los convoyes aliados en el Atlántico, pero, por aquel entonces, emergían por doquier, en diversos puntos de la geografía mundial, aparentemente sin sentido alguno. Y recalco “aparentemente”, puesto que la apacible Mar del Sud escondía grandes enigmas.

El cineasta e investigador histórico Laureano Clavero en la fotografía. Clavero aportó una investigación decisiva a la hora de arrojar luz sobre los desembarcos de nazis en Mar del Sud.

 

Al igual que su compañero de armas, el teniente de navío Wermouth, el capitán de navío Heinz Schäffer negó cualquier desembarco clandestino de nazis y materiales. Pero eran numerosas las preguntas que planeaban tras la aparición de ambos submarinos. ¿Por qué habían salido a la superficie ante las costas de un lugar tan remoto? ¿Por qué no se habían entregado en el punto designado para su rendición? ¿Qué estaban haciendo en aquel lugar varias semanas después de la rendición alemana? ¿Por qué razón faltaban botes salvavidas en los submarinos?

Heinz Schäffer y Otto Wermouth, oficiales navales al mando de los submarinos alemanes avistados en Mar del Sud.

 

Ambos oficiales de la Kriegsmarine germana negaron tajantemente cualquier desembarco alemán en las costas argentinas. Sin embargo, los documentos y los testimonios de la población local iban a resultar mucho más reveladores.

Portada del diario Crítica que informa de los submarinos alemanes avistados frente a las costas argentinas (archivo: Julio B. Mutti).

La prensa argentina se hace eco de la rendición del sumergible de guerra germano U-530.

 

En 2007, Osvaldo Aramendi recordó cómo, muchos años atrás, en julio de 1945, brotó de las aguas un submarino ante las incrédulas miradas de los habitantes de Mar del Sud. La clave de los misteriosos desembarcos se hallaba en un germano-boliviano llamado Karl Gustav Eickenberg.

Hacia 1943, los agentes alemanes Wilhelm Seidlitz y Friedrich Wolf se hallaban desplegados en Argentina. Seidlitz pretendía dar con una ubicación lo suficientemente apartada como para desembarcar espías y aprovisionarse de materias primas. Para tal propósito contactó con Karl Gustav Eickenberg, un ciudadano de origen alemán afincado en Mar del Sud. Precisamente las propiedades de Eickenberg en Mar del Sud ofrecían el lugar discreto que los agentes alemanes estaban buscando. Así fue como Seidlitz y Eickenberg entablaron relaciones para desembarcar a nazis en Argentina.

Hotel Boulevard Atlantic, lugar de reuniones entre nazis y colaboracionistas.

 

La llegada de nazis huidos de Europa a las costas argentinas se produjo durante el invierno austral de 1945. En este sentido, el argentino Juan Carrizo recuerda haber visto hombres saliendo de los submarinos, subiendo a bordo de botes y corriendo tierra adentro tras ganar las playas argentinas. Igualmente, su compatriota Justo Rodolfo Charra presenció cómo, desde los arenales, un grupo de hombres corría a guarecerse en las propiedades de Eickenberg.

Más aún, los campesinos recibieron instrucciones de llevar alimentos a los hombres que se alojaban en casa de Eickenberg e incluso se les dijo que debían guardar silencio sobre la presencia de tan misteriosos invitados.

La presencia de nazis en Mar del Sud es innegable, puesto que a la costa fueron llegando restos de submarinos alemanes, al tiempo que se encontraban antiguos objetos nazis.

Playa de Centinela del Mar, a escasos kilómetros de Mar del Sud, zona de desembarco utilizada por los alemanes (©Laureano Clavero).

 

Cuando, muchos años después, Ingeborg, la hija mayor de Eickenberg, fue preguntada respecto al papel de su padre en los desembarcos clandestinos de nazis, ésta negó cualquier relación de Eickenberg con la llegada de alemanes huidos de Europa. Ingeborg culpó a un individuo conocido como “el piernas”, cuyo sobrenombre se debía a las piernas ortopédicas que portaba. Por lo visto, según Ingeborg, “el piernas” acusó a Eickenberg de poner sus propiedades a disposición de los nazis. Todo ello le costó un año de prisión a Eickenberg.

Declaración de Eickenberg a la policía argentina.

 

Ahora bien, los numerosos testimonios de los lugareños y los documentos demuestran que Eickenberg colaboró abiertamente en la llegada de nazis a Argentina. Un halo de misterio rodea aquellos desembarcos. Son muchos los que hablan de construcciones secretas tales como túneles que unían campos con carreteras y alemanes escondiéndose en las zonas rurales.

Para profundizar en este interesante hallazgo de nazis huídos a Argentina recomiendo leer el libro Segunda Guerra Mundial: 10 historias apasionantes.

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