Nació en el año 1912 en la ciudad de Moscú. Desde niña sintió pasión por la música, dado que su padre era cantante de ópera. Llegó a ingresar en el Conservatorio Municipal de Moscú, sin embargo, la muerte de su padre le hizo abandonar su pasión por la música. El amargo recuerdo del fallecimiento de su padre cada vez que se disponía a cantar truncó su carrera musical.
Marina cambió la música por la Química, materia que estudió en la Universidad de Moscú, donde se graduó en 1929. Posteriormente trabajó en una fábrica de tintes.
Tras casarse con el ingeniero Sergei Raskov, del que más tarde se divorciaría, trabajó en el Centro de Navegación Aérea de la Academia del Aire. Allí fue donde comenzó el flechazo de Marina con el mundo de la aviación.
Raskova terminó por convertirse en la primera mujer aviadora soviética. Al tiempo que se desempeñaba como instructora de vuelo logró alcanzar varios récords en distancia de vuelo. Su vocación como piloto era más que evidente. Entre los éxitos cosechados consiguió el récord mundial de mujeres de vuelo sin escalas cubriendo una distancia de 1445 kilómetros. En 1938, junto a Polina Osipenko y Valentina Grizodúbov logró establecer un nuevo récord en los vuelos sin escalas para mujeres en un vuelo de 5.908 kilómetros en línea recta. Tal proeza les valió ser condecoradas con la distinción de Heroínas de la Unión Soviética.
Más tarde, Marina, pasaría a ocupar un puesto importante en el Partido Comunista. Sin embargo, con la invasión alemana de la Unión Soviética el 22 de junio de 1941, Marina tuvo que enfrentarse a nuevos desafíos.
Raskova, valiéndose de su rango de mayor en el Ejército Rojo, aprovechó la ocasión para solicitar a Stalin la creación de regimientos de combate aéreos con pilotos femeninos. La propuesta de Marina fue aceptada y surgió el Grupo de Vuelo Especial nº 122. No faltaron voluntarias para servir en la unidad de Raskova, quien se encargó personalmente del proceso de selección.
Para empezar, sus pilotos tuvieron que encargarse de adaptar los uniformes masculinos que les habían entregado, por lo que cogieron aguja e hilo para modificar camisas, pantalones y guerreras.
Las pilotos de Marina Raskova se entrenaron duramente en sesiones de 12 horas. El entrenamiento se llevó a cabo en aviones Polikarpov PO-2, es decir, viejos biplanos de madera y lona. Tras completar su entrenamiento, el Grupo de Vuelo Especial nº 122 se dividió en tres regimientos.
El 586º Regimiento de Aviación de Caza: Comandado por Tamara Kazárinova y Aleksandr Gridnev.
El 587º fue el Regimiento de Aviación de Bombardeo, que fue dirigido por la propia Marina Raskova.
El 588º Regimiento de Bombardeo Nocturno, uno de los más populares y que terminó siendo conocido como “las brujas de la noche”.
En 1942 los combates entre las tropas soviéticas y alemanas se recrudecieron en Stalingrado. La ciudad situada a orillas del Volga era un enclave estratégico y en sus calles se libraba la que probablemente fue la batalla más decisiva de la Segunda Guerra Mundial. Así pues, los regimientos de pilotos creados por Marina Raskova fueron enviados para apoyar a las tropas rusas que luchaban en Stalingrado.
Con una gran experiencia de incursiones aéreas en territorio enemigo a sus espaldas, Marina y sus pilotos suponían un valioso activo para el Ejército Rojo. Sin embargo, el 4 de enero de 1943 se produjo una trágica pérdida para las fuerzas soviéticas. Fue el frío y no la Luftwaffe lo que le costó la vida a Marina Raskova. La audaz piloto rusa volaba a bordo de un bombardero ligero Pe-2 cuando una tormenta de nieve obstruyó su visibilidad. Marina y su tripulación se estrellaron y murieron en el acto.
Sus restos permanecen enterrados en la Necrópolis de la Muralla del Kremlin, en la ciudad de Moscú.