En la Segunda Guerra Mundial, la campaña del Pacífico estuvo marcada por una sangriente lucha en diminutas islas perdidas en un vasto océano. Los marines y soldados de Estados Unidos se enfrentaban a nipones dispuestos a luchar hasta la muerte. El fanatismo japonés había hecho interiorizar el código del bushido a las tropas del Ejército Imperial de tal manera, que era preferible la muerte a una deshonrosa rendición. Esta es una historia de a lo que llevó el fanatismo militar nipón a uno de sus soldados, el último japonés en rendirse.