El 22 de junio de 1941, las fuerzas alemanas cruzaron la frontera con la Unión Soviética e irrumpieron con contundencia arrollando a las tropas de Stalin. De ese modo, Hitler se embarcaba en una cruzada contra el bolchevismo que terminaría por ser la tumba del Ejército alemán y del Tercer Reich. Inicialmente, las tropas alemanas, se las arreglaron para cosechar fáciles victorias y capturar cientos de miles de prisioneros rusos. Divididos en tres frentes, centro, norte y sur, los ejércitos alemanes avanzaban imparables hacia las principales ciudades rusas. Ante las grandes extensiones de terreno perdidas por las fuerzas soviéticas, Stalin dictó la Orden 227.