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Dos libros con versiones diferentes sobre la batalla de las Ardenas

El 16 de diciembre de 1944, tres ejércitos alemanes lanzaron una contraofensiva en las Ardenas (Bélgica) que sorprendió a las tropas aliadas. El objetivo del contragolpe era conquistar Amberes, para posteriormente embolsar y destruir un gran número de divisiones aliadas. Con la ofensiva de las Ardenas, Hitler lanzaba lo mejor de sus tropas para sacar de la guerra a británicos y estadounidenses y volcarse en exclusiva contra los soviéticos. La batalla estuvo marcada por el salvajismo y uno de los inviernos más fríos del siglo XX. En este escenario destacaron episodios como la defensa de Bastogne por parte de la 101ª División Aerotransportada o la masacre de Malmedy. Para comprender mejor el desarrollo de la batalla, se publicaron dos libros, ambos con un mensaje muy diferente sobre la batalla de las Ardenas. Por una parte encontramos el libro del sueco Christer Bergström "Ardenas: La Batalla", que defiende que la ofensiva de las Ardenas no estaba condenada al fracaso, mientras que el británico Antony Beevor, en su obra "Ardenas, 1944. La Última Apuesta de Hitler" narra una visión más tradicional.

Cuando Patton abofeteó al soldado Bennett

En 1943, tras vencer a los ejércitos del Eje en África, las tropas aliadas desembarcaron en Sicilia. Dos comandantes protagonizaron la campaña de Sicilia: el estadounidense George S. Patton y el británico Bernard L. Montgomery. Hoy os contaré cómo las bofetadas que Patton propinó a uno de sus hombres le costaron ser temporalmente apartado del mando.

Jack “el loco” Churchill, un comando muy peculiar

En 1940, con la conquista alemana de Francia y la retirada del Ejército británico en Dunkerque, Gran Bretaña se hallaba en una posición muy delicada. Negando a asumir un papel pasivo y permanentemente a la defensiva, el primer ministro británico Churchill autorizó la creación de los comandos. Estos hombres estaban entrenados en el asesinato sigiloso, el combate cuerpo a cuerpo, el manejo de armas de fuego y explosivos. Los comandos eran una fuerza ideada para lanzar rápidos ataques desde el mar y provocar el caos en las retaguardias alemanas. Fueron muchos los hombres excepcionales que pasaron por sus filas, pero quiero hablaros de uno en particular: Jack Churchill.