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David

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Hoy voy a hablaros de una extremeña nacida en Cáceres que desborda talento. Se llama Sara Herrera Galea y a una temprana edad ya era una apasionada del dibujo. Se formó en la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco.
El mes pasado leí "¡Japón ganó la guerra!", escrito por historiador y periodista Jesús Hernández. Se trata de una historia desconocida para el público. La obra versa sobre una fanática secta nipona que cometió crímenes estremecedores entre la colonia japonesa de Brasil poco después de que concluyese la guerra.
Una vez Churchill le dijo a Stalin que en tiempos de guerra la verdad debía ir escoltada por mentiras. Este es el caso de un ingenioso plan llevado a cabo por los aliados: la Operación Carne Picada. El 30 de abril de 1943 apareció en las costas de Huelva el cadáver de un oficial británico llamado William Martin. El comandante Martin llevaba un maletín encadenado a su cuerpo.
Voy a contaros una pequeña historia sobre el alcohol en tiempos de guerra. El consumo de alcohol y otras drogas siempre ha sido muy habitual en todos los ejércitos, pues muchos soldados consieraban que la bebida les ayudaba a sobrellevar la crudeza de los combates y el estrés de la guerra.
Enmarcado en la novela histórica encontramos un subgénero olvidado, maltratado incluso: la novela bélica. Hoy en día, en nuestras librerías, al acudir a las secciones de ficción histórica encontramos abundantes obras sobre grandes civilizaciones occidentales como Grecia y Roma y un sinfín de novelas ambientadas en la Edad Media. Sin embargo, desde hace mucho tiempo, cada vez que buscaba algún libro de ficción que se inspirase en las batallas de la Segunda Guerra Mundial me iba de vacío.