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David

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Hoy entrevistamos a Salud Dueñas Lozano (fotografía superior), profesora de Geografía e Historia en el Colegio la Presentación de Linares (Jaén).  Salud es Licenciada en Historia por la Universidad de Granada y ha desarrollado parte de su carrera profesional como técnico de arqueología en los yacimientos de la Edad del Bronce de Peñalosa en Baños de la Encina (Jaén) y en el yacimiento arqueológico de Cástulo (Linares).Además de desarrollar una importante labor en el campo de la arqueología, Salud muestra una gran vocación por la docencia, dado que lleva impartiendo clases de Geografía e Historia desde el año 2011. Por otra parte, la Historia no solo es parte de su trabajo, si no que es algo con lo que disfruta, por lo que desde 2014 forma parte del Grupo de Recreación Certamen de Novela Histórica Ciudad de Úbeda.Salud nos va a hablar de cómo hacer de la Historia y en particular de ambas guerras mundiales un tema que resulte de interés a los más jóvenes. Frente a los métodos tradicionales de enseñanza, Salud y los recreadores del Certamen de Novela Histórica ciudad de Úbeda proponen una forma amena y dinámica de aprender Historia.
Acabo de terminar de leer la obra "La guerra no tiene rostro de mujer", escrita por la Premio Nobel de Literatura Svetlana Alexiévich. Se trata de una conmovedora recopilación de testimonios de mujeres que sirvierion en el Ejército Rojo durante la Segunda Guerra Mundial.
Cuando pensamos en la batalla de Mogadiscio (Somalia), nuestra mente evoca las espeluznantes imágenes de los soldados estadounidenses siendo arrastrados por una furibunda turba. Pero, ¿qué ocurrió para que se produjesen aquellas aterradoras escenas en 1993? Quiero contaros una historia que merece la pena ser narrada: la actuación de los tiradores de la Delta Force Randy Shugart y Gary Gordon.
Jueves, 02 Marzo 2017 23:23

La ejecución del soldado Slovik

Quiero contaros la triste historia del soldado Eddie Slovik, el único estadounidense ejecutado por deserción durante la Segunda Guerra Mundial. De las miles de penas por deserción entre las filas norteamericanas, solo unos pocos fueron condenados a muerte, sin embargo, el único hombre en ser ejecutado fue el soldado Slovik.
Quiero contaros la espeluznante historia de cómo cientos de soldados japoneses murieron devorados por cocodrilos y sufrieron enfermedades tropicales y picaduras de insectos y serpientes en la isla de Ramree. Corría el año 1945 y las fuerzas británicas e indias se lanzaron a la reconquista de Birmania. Uno de sus objetivos era capturar la isla de Ramree. En enero de 1945, las fuerzas aliadas compuestas por infantería de marina británica y soldados indios desembarcaron en Ramree.
Quiero dedicarle un espacio en mi blog a una persona muy polifacética: la asturiana Lucía Fernández. Lucía es antropóloga y licenciada en Bellas Artes, tiene una importante vocación docente y muestra un gran interés por todo lo relacionado con la Historia. Hasta tal punto ha llegado su afición por la Historia, que se ha zambullido en el mundo de la recreación histórica.
El 1 de octubre de 1943 entraron las tropas aliadas en la ciudad de Nápoles. Los italianos recibieron con efusividad a sus liberadores británicos y estadounidenses, atrás quedaba el reinado de terror instaurado durante la ocupación alemana. Los aliados encontraron una ciudad destruida: el puerto, la central telefónica, los puentes de la ciudad, los generadores y las subestaciones eléctricas habían sido demolidos. En su retirada, los alemanes tuvieron tiempo para las atrocidades culturales: la biblioteca de la Real Sociedad Italiana fue quemada y los archivos municipales y cincuenta mil volúmenes de la Universidad de Nápoles corrieron la misma suerte. Sin embargo, la llegada de los aliados parecía traer tiempos mejores. Ésto no resultó ser así, la vida en el Nápoles de 1943 y 1944 estaba lejos de una liberación idílica.
Hoy voy a hablaros de una extremeña nacida en Cáceres que desborda talento. Se llama Sara Herrera Galea y a una temprana edad ya era una apasionada del dibujo. Se formó en la Escuela de Bellas Artes Eulogio Blasco.
El mes pasado leí "¡Japón ganó la guerra!", escrito por historiador y periodista Jesús Hernández. Se trata de una historia desconocida para el público. La obra versa sobre una fanática secta nipona que cometió crímenes estremecedores entre la colonia japonesa de Brasil poco después de que concluyese la guerra.
Una vez Churchill le dijo a Stalin que en tiempos de guerra la verdad debía ir escoltada por mentiras. Este es el caso de un ingenioso plan llevado a cabo por los aliados: la Operación Carne Picada. El 30 de abril de 1943 apareció en las costas de Huelva el cadáver de un oficial británico llamado William Martin. El comandante Martin llevaba un maletín encadenado a su cuerpo.