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A pesar de las predicciones del presidente Roosevelt, William Donovan, a la cabeza de la ingeligencia civil, evitó ser engullido por las fuerzas armadas de los Estados Unidos mientras dirigía la inteligencia civil.
Domingo, 23 Febrero 2020 19:36

Un plan para matar a Stalin

En la Segunda Guerra Mundial, en el frente oriental, la lucha resultó especialmente encarnizada. El Tercer Reich y la Unión Soviética eran regímenes antagónicos y, más allá de los titánicos combates entre rusos y alemanes, existía una fuerte rivalidad personificada en las figuras de Hitler y Stalin. De ahí que los alemanes trazasen planes para acabar con la vida de Iósif Stalin.
En marzo de 1945 el final de la Segunda Guerra Mundial en Europa parecía mucho más cercano. Sin embargo, eso no significaba que la intensidad de los combates estuviera decayendo. En su internada en Alemania, fueron numerosos los lugares en los que las tropas aliadas encontraron una encarnizada resistencia.
El 8 de noviembre de 1942 desembarcaron las fuerzas angloamericanas en Marrecos y Argelia. Mientras tanto, el Afrika Korps de Rommel, derrotado por el 8º Ejército británico de Montgomery en El Alamein (Egipto), se batía en retirada. Para el Eje, Túnez presentaba un reducto desde el que proseguir con la guerra en África.
Con Rusia fuera de la Primera Guerra Mundial, un ejército británico muy castigado por las terribles pérdidas en la batalla de Passchendaele, los italianos sufriendo un descalabro militar en Caporetto y los franceses acuciando el desgaste de la guerra, Alemania preparaba una última gran ofensiva en el frente occidental.
Descifrar los códigos enemigos siempre ha sido una obsesión de la Inteligencia Militar. Conocer los movimientos de tu adversario siempre te aporta una importante ventaja. Precisamente, en la Segunda Guerra Mundial, en el frente del Pacífico, los descifradores de códigos estadounidenses, lograron descifrar la clave “púrpura” de sus oponentes japoneses. En 1943, un importante cerebro de la Armada Imperial iba a caer víctima de una clave descifrada.
Un nuevo proyecto histórico está a punto de llegar al mercado. Se trata del libro fotográfico “Enfocando la Segunda Guerra Mundial”, que muy pronto verá la luz. En esta ocasión, el cineasta y fotógrafo Laureano Clavero y el escritor David López Cabia han unido sus fuerzas para acercar al público lo que fue la lucha en el frente occidental durante la Segunda Guerra Mundial.
Eran numerosas las operaciones previas a la invasión de Sicilia en julio de 1943. Los aliados, incluso arrojaron al mar el cadáver de un falso oficial británico con documentos igualmente falsos, todo con tal de engañar a los alemanes, provocando que desviasen tropas hacia otras islas. Se trataba de la Operación Mincemeat. Pero, más allá de aquellos ardides, el paso previo a la invasión de Sicilia consistía en la conquista de las islas de Pantelaria y Lampedusa.
A pesar de las espantosas pérdidas y del sufrimiento padecido por los alemanes durante el invierno, Hitler estaba decidido a acabar con la Unión Soviética. Tenía pensado relanzar su ofensiva en el frente oriental, pues consideraba que los rusos habían sufrido unas pérdidas irreparables.
Durante la Segunda Guerra Mundial, India no fue una retaguardia precisamente tranquila para los británicos. Las tropas japonesas permanecían al acecho en la vecina Birmania, Gandhi reclamaba la independencia de la India, se producían disturbios, sabotajes y en Bengala llegó a desencadenarse una terrible hambruna. Para colmo de males, se había creado el Ejército Nacional Indio, una fuerza de combate con prisioneros indios que se habían enrolado para luchar junto a los japoneses.